Hay muchas cosas que distinguen a Román Rodríguez de José Carlos Mauricio, además del bigote. El ex presidente no tiene el mismo recorrido político que el tantas veces llamado conseguidor, si bien Rodríguez se deja asesorar más por un selecto y reducido grupo de colaboradores. Uno de ellos, José María Noguerol, su director de Gabinete en Presidencia, que llegara a ocupar el puesto de jefe de comunicación de la ministra de Fomento, ha vuelto a ser de los más allegados. Y si Mauricio tuvo algunos empresarios de postín de cabecera, Román, mucho más humilde, ha preferido conformarse con Jaime Cortezo, que a su vez es uña y carne con dos políticos reconvertidos al mundo del dinero, Julio Bonis y Luis Hernández. Con ese equipo más algún radiopredicador de reconocidos escasos escrúpulos y cambiante ideología, se apresta a cerrar un pacto “de iguales” con Coalición Canaria para las europeas de 2009.