Nadie podrá negar nunca a Carmelo Rivero el amplio currículo profesional que atesora, ni los premios conseguidos, los amigos y los admiradores cosechados, ni su entrega a la profesión que mantuvo durante 32 años en la Cadena Ser. Pero él es el único responsable de haber mantenido y permitido una relación profesional tan peculiar con esa empresa periodística, fue él y no Lourdes Santana quien impuso sus condiciones: a mí me pagan contra factura para no quedar incompatibilizado para mis colaboraciones externas. Por eso sonó a sarcasmo que este martes lo entrevistara en un programa deportivo de la radio autonómica un ex de la Ser, Juanjo Toledo, jefe de Deportes de la emisora pública, que abandonó Radio Club con cajas destempladas echando pestes de un tal Xuancar cuando Willy García, otro ex de la Ser, lo rescató junto a Juan Carlos Mateu o Mayte Castro, todos ellos bien colocados en el ente público. Un denostado Xuancar ahora jefe de Deportes de la COPE, al que repescó Toledo para que en antena, junto a Rivero, convirtiera aquel dúo en trío y los tres ex de la Ser pudieran masacrar a la que fue su casa sin más versión que la propia. “Esto es una crisis de valores”, resaltaba Toledo emocionado permanentemente, “qué palo me ha dado todo esto”, enfatizaba al entrevistar al alimón a Rivero y a Xuancar. “32 años y lo despiden así, con una patada en el culo”, remataba el jefe de Deportes de una radio pública. Ya puestos, qué tal si hablamos un momentín de valores.