Barragán y Pérez-Camacho, con sus guitarrones y sus trompetas, pidieron que la moción de reprobación se debatiera mediante la fórmula prevista para las proposiciones no de ley (PNL), paradójicamente el método que los letrados y la Mesa de la Cámara negaron al PSOE hace algunos meses, lo que obligó a tramitar la reprobación por la vía actual: interpelación y moción. La PNL permite a los grupos no proponentes, en este caso los de Barragán y Qué Macho, presentar enmiendas y, con la fuerza de sus votos, aprobarlas. De esa manera, la reprobación de Soria podía haberse convertido en cualquier otra cosa, por ejemplo, la de algún socialista que pasara por ahí, como hicieron ambas fuerzas de modo vergonzoso con las conclusiones de la comisión eólica, donde se investigaba al Gobierno y al Cabildo de Gran Canaria, controlados por estos partidos, y se acabó cargando la responsabilidad política del pelotazo eólico en un militante socialista de base.