Los análisis del PP son los que son, y pasarán más de mil años, muchos más, antes de que aprendan a hacerlos de otro modo. Tras Macías, y metida en plena rueda de prensa, la alcaldesa de Las Palmas, Pepa Luzardo, perdió el oremus cuando le preguntaron por el veto a la Cadena Ser en el Festival de Cine de la ciudad. Primero dijo que no quería hablar de éssssooooo, pero le calentaron el buche y la doña largó. Primero, que si hay acuerdos con las emisoras que han de retransmitir y en ellos no está la Ser; luego, que si la Ser debe mirar a ver qué ha hecho para merecer eso, y al final, que la decisión es del ámbito municipal y nos equivocamos los que disparamos para Larry y Soria. No sabemos si tal gesto de valentía encierra: a) ignorancia política (nadie en su sano juicio asume como propia y en solitario una decisión antidemocrática); b) chulería (a mí me van a decir que Larry y Soria me controlan), o c) solidaridad mal entendida (hay que proteger a Soria de más decisiones alocadas, que se le va a caer el pelo).