Da gusto ver la transformación que experimentan algunos una vez han descubierto lo duro que es el suelo sin moqueta. Le debe estar pasando a Juan Ramírez, ex alcalde de Haría por el PSC y por Coalición Canaria (de momento), y ex director general de Empleo por los nacionalistas de toda la vida, como él. Hace una semana fue absuelto de un presunto delito electoral, tras haber sido acusado de presionar a dos disminuidas psíquicas para que le votaran. Al final parece que sólo las acompañó a votar. Este fin de semana pudimos saber de él nuevamente porque ha denunciado sentirse amenazado y perseguido por unos supuestos infractores urbanísticos. La denuncia han de investigarla las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, que para eso están. Pero como nosotros estamos para otras cosas, nos hemos dedicado a hacer memoria y recordar lo pesado que se puso hace ya algunos años don Juan Ramírez para que alguien, por el amor de Dios, le legalizara a su señora madre de él una casita que se había construído en el pre-parque de Timanfaya, en suelo rústico y sin encomienda y cobertura legal alguna. Eran otros tiempos, claro.