La damnificada por la sustracción de vehículo a motor fue Mercedes Roldós, que como se sabe, es mujer pepera muy disciplinada, y no protestó. Pero los problemas de la adquisición del BMW vicepresidencial no acabaron en el cambio de destino. Porque ahora resulta que Presidencia del Gobierno ha tramitado otro concurso, en esta ocasión para sustituir el potente BMW presidencial por otro automóvil de similares o mejores características. Dicen los que conocen el expediente que a don Paulino se le cruzó el cable y que quiere un Serie 7, que mola cantidad y está por encima del coche del vicepresidente. Pero nadie calculó que pudieran presentarse al concurso otros concesionarios, por ejemplo el que representa en las Islas a la francesa Peugeot.