Menos mal que el director general de Radiotelevisión Canaria está haciendo la tele que puede y no la que quiere, porque dada la acreditada querencia de la cadena al suceso, a la truculencia, a la falta de escrúpulos, a la zafiedad y a la ordinariez, nos podemos imaginar el resultado si le dejaran hacer lo que verdaderamente es de su gusto televisivo. Y radiofónico, porque el señor García ha vuelto a defender la emisión de aquella entrevista con el hombre acusado en falso de violar a una menor de tres años. Lo ha hecho regodeándose en la faena y acusando de hipócritas y de doble moral a los que lo criticamos entonces porque, según sus palabras, estamos frustrados porque la radio autonómica “llegó antes”. A donde nadie quería llegar ni le pidió que ellos llegaran, añadimos tan ricamente. Esa radio y esa tele dice García que la hace con 15 millones menos, producto de una reducción presupuestaria que equivale a la de los dos últimos años. Pero oculta que cobrando íntegramente la facturación publicitaria, que antes estaba gestionada externamente.