La conferencia de prensa de Rivero, García Ramos y Morales fue convocada para -atención- dar a conocer el balance de los tres años de acuerdo político entre Coalición Canaria y el Partido Nacionalista Canario, un balance, como se imaginarán, preñado de grandes éxitos y mejores perspectivas. La verdad es que casi nadie se acordaba ya de que ambos partidos habían decidido un día unir sus esfuerzos para concurrir juntos a las elecciones, lo que seguramente fue de altísimo valor para que quedaran tercera fuerza política en Canarias en número de votos. Pero la primera majadería no fue precisamente eso, con todo lo que se le parece, sino el empeño de Paulino Rivero de comunicar que la Policía Canaria va a mejorarnos la calidad de vida porque vigilará que no haya trapicheo de drogas en los colegios de las Islas. Un doble imposible, primero por la existencia de más de 600 colegios para cincuenta guanchanchos, y segundo, sencillamente porque no es competencia de ese cuerpo la persecución del crimen, aunque sean pequeños delitos contra la salud. Y una contradicción: si tanto le preocupa la drogodependencia, ¿por qué esa reducción en los presupuestos para 2010?