Qué habrá hecho él para merecer tener un equipo así. El alcalde de Santa Brígida, Lucas Bravo de Laguna, padeció este viernes su primer sofocón al frente de la nave durante la junta general de de Deportes, una especie de cajón de sastre donde lo mismo cabe un balón de baloncesto que una piñata, o un 200% más de trabajadores de un año para otro, sin que el pabellón se haya estirado como un chicle. Un acta fechada cuando el alcalde no era él, sino Antonio Díaz, pero firmada por el mismísimo Niño Bravo fue sólo el comienzo de una atolondrada reunión donde se acaloraron todos, incluso los socios del PP, Antonio Ramírez y Amalia Bosch, de Los Verdes sector Ecopijo. Ambos denunciaron en su día los dispendios de esa sociedad municipal, pero ambos dijeron este viernes que en realidad no denunciaron nada, que lo que realmente quisieron decir es que había que cambiarle la lona al minitramp. O algo así. La oposición socialista y de CC no salía de su asombro.