El hecho de que la denunciante conociera que todo lo que iba a ocurrir en el cuarto de la cafetera iba a quedar registrado debilita en alguna medida el peso de la prueba, a lo que se suma que la cámara fue instalada por una empresa de seguridad por orden de un jefe de departamento, a la que la limpiadora contó todo lo ocurrido. No hubo intervención policial ni judicial porque la denuncia se presentó después. Así las cosas, la instrucción dejará todo encaminado para que los testimimonios de las partes, las pruebas y las pericias lo aclaren todo en el juicio oral. De momento sabemos que el denunciado ha sido despedido, no por lo denunciado, sino por la evidencia de que practicaba el sexo en su puesto de trabajo.