Con esta terna tan atractiva, ya se podrán imaginar ustedes en qué podrían consistir los exámenes a los que debieran someterse los candidatos para ocupar poltrona en la Autoridad Portuaria de Las Palmas. Se nos antojan unas pruebas físicas muy exigentes, consistentes básicamente en demostrar que se tienen callos en las rodillas, de modo que cuando suene el pito correspondiente, puedan caer al suelo con esas articulaciones sin manifestar el menor síntoma de dolor. A continuación, un experto en cirugía maxilofacial habrá de medir la capacidad bucal de cada uno de los aspirantes, de modo que gane aquel que presente mayor diámetro de tragaderas, que lo que se avecina no es nada dúctil ni maleable. La tercera prueba física habría de consistir en lograr silbar un fragmento de la banda sonora original de Puente sobre aguas turbulentas al mismo tiempo que Sánchez-Simón (o persona que le represente) propina un contundente y sostenido apretón de partes pudendas, con movimientos acompasados y pendulares que alcanzan su culmen en el punto del orden del día que se considere susceptible de empate técnico.