El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Con pulsera, sin pistolas y sin bigote
Nunca quiso el Ministerio Fiscal que José Miguel Suárez Gil, expresidente de la Cámara de Comercio de Las Palmas, ingresara como preso preventivo en El Salto del Negro, pero el juez de guardia en el juzgado de Violencia de Género consideró que no había mejor decisión ante la gravedad de los hechos de los que le había acusado su esposa, Josefina Navarrete: “Se colocó en posición de disparo, con las piernas separadas, me apuntó con la pistola y me preguntó dónde quería el primer tiro, si en la cabeza o en el corazón”. Cuando entró la policía en la estancia donde se encontraba el matrimonio, el tenaz coordinador empresarial tenía en su mano una pistola cargada, sin seguro y con una bala en la recámara. La juez debe haber pensado que ya ha disminuido convenientemente la alarma social y este miércoles acordó su puesta en libertad limitando bastante su movilidad mediante una pulsera que lo delataría en el caso de acercarse a su esposa, sin pasaporte y con la prohibición de salir de la isla, portar armas o intentar agenciarse alguna. A su salida de la cárcel, Suárez Gil aparentaba estar más delgado, más debilitado y distinto, seguramente por haber hecho desaparecer de su rostro ese bigote moreno que tanto llamaba la atención cerca de su caballera plateada.
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