La máscara es una recreación de las utilizadas en el Carnaval de Venecia, y le fue regalada al alcalde de la ciudad por la secretaria general del Ayuntamiento, Ana María Echeandía. Saavedra se la colocó en el momento en que abandonó su butaca en la primera fila del público, junto a Paulino Rivero, y solo se la quitó cuando acabó la ceremonia de coronar a la Drag. Quien conozca la trayectoria carnavalera del alcalde sabe que tiene especial debilidad por los motivos clásicos de la fiesta, a lo que hay que añadir ese toque muy italiano, particularmente florentino, que tanto le inspira. Nada que ver, por supuesto, con la deidad de la mitología griega denominada Momo, el dios de la burla y la locura, que sólo le animó a ponerse el antifaz del viernes. Luego volvió a La Gioconda.