Como eran pocas las guerras y guerrillas patronales, resucita el Zorro Plateado, sobrenombre con el que se conoce -incluso cariñosamente- a ese portento del asociacionismo empresarial también llamado José Miguel Suárez Gil. Amparado en la creencia de que todo el monte es orégano y que hay debilitamiento de los actuales mandamases empresariales, el Zorro se ha liado el turbante a la cabeza y amenaza con moverle la silla a Ángel Luis Tadeo, el presidente de la Cámara de Comercio que pactó con él llevarlo de vicepresidente a cambio de que se estuviese quietito. No ha sido así, y Suárez Gil ha elegido como compañero de viaje para esta enésima aventura a Germán Suárez, convencido de que el de San Mateo ha sido el ganador absoluto de la reciente guerra empresarial con la Autoridad Portuaria como escenario de las batallas. Dicen los que de esto saben que el Zorro no ha medido muy bien sus fuerzas y que, de haberlas medido, sabe que lo único que tiene a su alcance es una escaramuza que le permita resituarse y salir de lo que él considera la marginación y el ostracismo.