No fue un buen día el de este lunes para Guillermo Reyes, que encima se llevó un salpafuera de Nueva Canarias por su actitud para con la Policía Local de Telde. El concejal de Urbanismo de la ciudad ha dejado que aflore ese padre verdadero que lleva dentro, y en lugar de meditar y dejar pasar este cáliz, se ha puesto a buscar culpables a una gamberrada intolerable de su hijo. De resultas de aquella noche de sábado que el vástago dedicó a destrozar carteles de los rivales de papito, al hijo de Guillermo Reyes lo condenaron en un juicio rápido por un delito de daños a una pena de 24 meses de multa a razón de 20 euros diarios, con la subsidiaria de una día de privación de libertad por cada dos días no pagados. Además se le obliga a pagar 5.000 euros a Nueva Canarias por los daños en los carteles electorales, en concepto de responsabilidad civil.