Unas que se pasan y otros que se quedan cortos. Es obvio que en Telde hay concejales que todavía no se creen el sueño que están viviendo. La detención de todos los ediles del PP por la operación Faycán convirtió en estrellas de Operación Triunfo a un amplio ramilletes de aspirantes que jamás imaginaron siquiera tener asesor. El concejal de Deportes de esa ciudad, Enrique Ojeda, es uno de esos afortunados. Nadie todavía ha tenido tiempo de explicarle lo que es el ROF, un decreto del 86 por el que se regula la organización, funcionamiento y régimen jurídico de las entidades locales. En él, entre otras nimiedades, se regula que frente a un informe negativo del secretario no se pueden repartir las subvenciones deportivas como se te ponga en la punta de la nariz. Y mucho menos ir luego a los clubes a decirles que la culpa es del secretario. Primero, porque es mentira; y segundo porque el concejal en cuestión queda como un tolete.