No ha soltado prenda el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Jerónimo Saavedra, sobre el alcance de la remodelación que se barrunta para el equipo municipal, si es que el veterano líder socialista la tiene ultimada. Ninguno de sus concejales, o al menos con los que hemos hablado en esta Semana Santa, tiene la menor idea de quiénes, cómo, dónde, cuándo y por qué recibirán una llamada del alcalde comunicándoles su cambio de destino, su pérdida de poder, su incremento de competencias o, directamente, la aceptación de su dimisión, que alguna hay sobre la mesa del regidor municipal. No parece claro que Saavedra remodele este mismo lunes, particularmente porque uno de los concejales llamados a ser movidos, el de Hacienda, ha de terminar los presupuestos municipales para 2009, con un retraso que ya supera los seis meses. El alcalde ha dicho a Rodolfo Espino que los quiere para el día 17, pero nadie apuesta un euro por que se cumpla ese nuevo plazo.