El reto no es imposible. Basta con ir colocando uno a uno todos los astros en línea, olvidar viejas rencillas, aparcar personalismos y ponerse todos a una a trabajar por el bien común, por una vez y sin que sirva de precedentes. Hemos detectado un movimiento así, así de sencillo a la vez que ambicioso y extraordinario, para tratar de que al menos un Plan General de Ordenación Urbana de cuantos andan sorteando obstáculos irracionales, pueda aprobarse. Se trata de que impere el sentido común y la seguridad jurídica, que la riqueza de un municipio como San Bartolomé de Tirajana no se vea decapitada por los caprichos de unos o de otros o por quién se colgará definitivamente la medalla ante no se sabe muy bien qué mentor. Vamos Pepe Juan, vamos Concha, vamos Marco... y lo que no pueda ser ahora, que sea en un futuro.