Efectivamente, no había cartel. Sin embargo, el dirigente socialista y quisquilloso lagunero Santiago Pérez quiso matizar la ausencia del preceptivo letrero anunciador de las obras de acondicionamiento de la fachada de su domicilio, un edificio de finales del siglo XVIII y adquirido por su familia a principios de la pasada centuria. Tras lo publicado en esta misma sección este viernes (ver ¿Tú también Santiago Pérez?), el ex secretario general del PSC tinerfeño garantizó que los trabajos, chapa y pintura nada más, cumplían con todos los requisitos legales exigidos, muestra de su trayectoria política escrupulosa con la transparencia. Pérez recibió el pasado febrero una subvención del Ayuntamiento lagunero, a la que renunció en el pasado ejercicio al coincidir con la repavimentación de su calle, para adecentar el inmueble, en pleno caso histórico de la ciudad, antes del 31 de agosto, aunque la concesión de la licencia de obras se retrasó hasta julio por aquello de la burocracia.