El Gobierno de Canarias, con su habitual habilidad para guardar silencio cuando no debe y hablar cuando nadie le pide que opine, guarda absoluto mutismo sobre las gestiones del presidente del Cabildo tinerfeño en Miami para traerse para las Islas un punto neutral de conexiones para Internet (NAP). Adán Martín conocía desde el año pasado la importancia de captar una instalación como ésa para las Islas, y de hecho acudió a la sede central del fabricante para que le explicaran qué invento del demonio era aquél. Pero nos quedamos cortos este miércoles cuando les dijimos que habían dado esquinazo a Luis Soria, consejero de la cosa, porque puede que así fuera, pero también es cierto que el presidente le informó de la visita y le pidió que estudiara el asunto desde el día siguiente. Sólo que Luis Soria no lo vio, al parecer porque le pareció muy poco rentable y porque no se imaginó nunca a los vecinos africanos con un ordenador navegando por la Red. Una falta de ignorancia, como dejará aclarado el día 25 Bill Clinton en su visita a Tenerife, donde hablará de las oportunidades de negocio que se abren a partir de ahora en el continente en el que estamos.