No es una tormenta, pero tiene su importancia que alguien en el PP canario se atreva a manifestar al menos una leve discrepancia frente a la línea oficial que marca el líder infalible. Una vez más ha sido Miguel Cabrera Pérez-Camacho, parlamentario regional y económicamente independiente, quien se ha atrevido a dar ese peligroso paso. Pérez-Camacho está algo disgustado por los modales sorianos al anunciar urbi et orbi que va a proponer la desaparición de la figura del Diputado del Común para ahorrar dinero a las arcas públicas. En la línea ya iniciada por Dolores de Conspirar en Castilla La Mancha, el líder de los populares canarios considera que los órganos que defienden a los ciudadanos ante los abusos o negligencias de la Administración deben desaparecer para trasladar esa responsabilidad “a los sesenta diputados” que componen la cámara regional. Como para fiarse, oye, sobre todo cuando nos acordamos de aquella mascarada de comisión de investigación que el PP amañó con CC para concluir que los hermanos Soria nada tuvieron que ver con los conchabos del negocio eólico, ¿se acuerdan? En respuesta a Pérez-Camacho, Soria mandó este viernes a la obediente portavoz parlamentaria, Australia Navarro, otra que discrepa, aunque en la intimidad, y que sabe repetir con exactitud casi milimétrica lo que le ordenan. Lo malo es lo fatal que queda. Veamos.