Nuevos tiempos para José Manuel Soria, presidente del PP canario y ex vicepresidente del Gobierno por arte del arte que tiene que no se puede aguantar. Esta misma semana se ha dirigido a la Mesa del Parlamento para reclamar que a partir de ya le empiecen a considerar parlamentario a todos los efectos, particularmente a efectos remunerativos, que acaba de perder el salario de miembro del Gobierno y de algo hay que vivir, que la cosa está chunga. Soria no cobraba hasta ahora su sueldo de parlamentario porque no era acumulable al de vicepresidente, pero a partir de ahora empezará a percibir unos 3.400 euros líquidos cada mes más una media paga llegada la Navidad en su calidad de diputado con dedicación exclusiva. A eso deben añadírsele las dietas que perciba por asistencia a los plenos y a las comisiones a las que se apunte, unos 100 euracos, más o menos. La remuneración del presidente del PP canario, algo más baja que la que recibía hasta ahora, se completará con el reparto que el PP hace de la asignación de que dispone como grupo parlamentario, un dinero que no es para salarios de sus señorías sino para funcionamiento de la oficina parlamentaria, pero que los diputados conservadores no dejan que ni siquiera entre en la caja. Todo ello a excepción de Miguel Cabrera Pérez-Camacho, como todo el mundo sabe, que no cobra ni un euro porque, sencillamente, ni falta que le hace.