No pretendíamos, ni por asomo, crear problema alguno a Francisco Hernández Vulcan, flamante director del Centro Coordinador de Emergencias, el 1-1-2, cuando publicamos aquí su brillante historial en la empresa pública Gesplan. Allí, como ha quedado dicho, se excedió en los gastos suntuarios a mayor gloria del fomento y promoción de su imagen personal. Esos antecendentes nos llevan a pensar que lo más probable es que no pierda las mañas en su nuevo destino. De ahí que nada más tomar posesión en el 1-1-2 preguntara a los funcionarios por sus tarjetas. La funcionaria que le atendió le dijo que todavía no habían tenido ocasión de encargar las tarjetas de visita porque, entre otras cosas, nadie las había pedido. Vulcan corrigió inmediatamente a la funcionaria: el nuevo director se refería a las tarjetas de crédito, no a las baratijas, que donde siempre ha habido clase siempre la habrá.