Y por si una taza era poca, la Justicia volvió a trasquilar a Soria este jueves con otra resolución que lo vuelve a dejar con los glúteos in the air. En su empeño por desacreditar a los que lo investigan a él y a su partido por los incontables e inabarcables casos de corrupción que protagonizan, el presidente del PP canario y vicepresidente del Gobierno regional denunció en su día a dos periodistas de CANARIAS AHORA, al ex presidente de su consejo de administración, a la jefa superior de Policía y varios agentes policiales por varios delitos. Todo, como recordarán, en base a aquellas grabaciones absolutamente impresentables y barriobajeras que Soria y sus mariachis realizaron al denunciante de la trama de Grupo Europa, Francisco Benítez Cambreleng, y que éste denunció ante el TSJC con el resultado de siempre: archivo y tentetieso. Pues bien, el juez de Instrucción 1, Alberto Puebla, otro juez de a pie sin contaminar, ha venido a decirle a este cantamañanas que se deje de denunciar machangadas sin aportar más pruebas que sus propias cintas, las del Soriagate. Tampoco por esta persecución infame y pordiosera ha dimitido el vicepresidente de todos los canarios. Y Paulino tragando, que es lo suyo.