Por si a alguien le quedaba alguna duda de que la Confederación Canaria de Empresarios es la prolongación del Partido Popular, la primera prueba de fuego de la nueva directiva lo ha demostrado en todo su esplendor. Tocaba celebrar el primer encuentro navideño de la patronal de Las Palmas con los representantes de la sociedad, donde vienen a encuadrarse tradicionalmente a los medios de comunicación, los representantes políticos y sindicales y las fuerzas habitualmente vivas (jueces, militares, honorable cuerpo consular?), además de servir para que los representantes de la propia asociación empresarial se relacionen entre sí y con el resto del paisanaje. Pues bien, la primera decisión del presidente de la CCE, Agustín Manrique de Lara, ha sido cambiar el tipo de acto diseñado por su antecesor, Sebastián Grisaleña, y acomodarlo a los deseos y conveniencias de su amo y señor, el ministro José Manuel Soria. Para garantizar su presencia nada mejor que celebrarlo un lunes, el único día que su Excelencia pasa casi por completo en el Archipiélago atendiendo los compromisos para los que le requieren. En segundo lugar, la nueva Confederación ha decidido suprimir el formato de cóctel de pie, informal, participativo e intercomunicativo. Precisamente por las confianzas que el público municipal y espeso se suele tomar con las autoridades, Manrique ha regresado al almuerzo formal, con mesas bien organizadas, en las que quede perfectamente claro que las peras van con las peras y las manzanas con las manzanas. Un acto mucho más caro, por supuesto, pero que permite ejecutar un protocolo más estricto en el que las autoridades amantes de esas rigideces se encuentren más en su salsa, más protegidos del común. Se trataba de limitar al máximo posibles contratiempos y que el ministro-presidente in péctore de la patronal canaria pudiera controlar la situación a su gusto, elegir a quien saludar o con quien compartir un intercambio cordial de palabras, y evitar en todo momento que cualquier espontáneo de una pyme pudiera acercársele fácilmente a exponerle su problema.