Mucha tela es lo que tiene el Ayuntamiento de Las Palmas, desde la primera etapa soriana, y el Cabildo de Gran Canaria a partir de que sentara en él sus reales su Excelencia, José Manuel Soria. Tela de uniformes, mayormente, porque es esa materia siempre muy controvertida la que ha hecho levantar más de una sospecha entre los miembros de la muy noble y leal oposición municipal, y dos teniques. Estén atentos a sus pantallas porque la semana que ahora comienza bien pudiera estar preñada de movimientos políticos por los que se intente aclarar a qué viene tan enorme empeño del PP por uniformar a los taxistas de la capital con unas camisas que andan almacenadas desde la época de la sargento Rodríguez, Rosa, hoy consejera insular de Hacienda, y que han quedado inservibles por culpa del nuevo uniforme autonómico de las policías locales. Insistimos, atentos, que Nardy Barrios tiene la escopeta cargada.