Pero los que han soltado esa suerte no tienen la razón. En primer lugar, porque el proyecto Capricornio ya tiene su calificación territorial hace más de un año, y en el proceso se abstuvo de participar el consejero de Medio Ambiente, Domingo Berriel. Y segundo, porque los terrenos donde piensa asentarse esta compañía cuando acabe su proceso de restructuración interna no es de Wenceslao Berriel sino de una tía de su esposa, lo que aleja bastante la contaminación del núcleo al que se le quiere atribuir. Además, tanto Wenceslao como Casto son miembros de Nueva Fuerteventura, la versión majorera de Nueva Canarias, y su influencia en Coalición Canaria podemos decir que es bastante poca. Y en AM, ni digamos.