Ha dado muy poco de sí desde el punto de vista informativo esta Semana Santa, pero ya saben ustedes que los periodistas somos muy dados a ver lo que otros no ven, a contar historias que al común ni siquiera les parecen significativas. Aunque a veces acertamos, no se vayan ustedes a creer. Por ejemplo, si cualquier profesional de otra actividad no hubiera visto lo que nosotros vimos el Viernes Santo en Salinetas, ni lo estaría contando. A nosotros, sin embargo, que estábamos allí en peso, con la Redacción en recogido asadero, nos pareció de traca. Sonaba en el picá la canción El Salmón, de Andrés Calamaro, y justo en ese momento y no en otro, enfiló la calle, de arriba a abajo, un impecable Jaguar azul con su conductor como único ocupante. Pasó junto a los confrades despacio y, dibujando una leve sonrisa, el chófer saludó a los presentes. La canción, El Salmón; el del Jaguar, José Manuel Soria. Fiesta total. Hasta las tantas.