El que se queja es porque es un vicioso, dónde va a parar. En Telde se gastan la pasta a conciencia con una gala de Carnaval más cercana al remedo que a la necesidad, con un Bertín Osborne en plan rancheras y la irrepetible y muy repetida Loreto Valverde, y todos tan contentos. Menos el público, que aparecía hasta con mantas por la tele, oiga, del pelete que hacía. Siempre estará bien empleado el dinero en pan y circo, y más en un Ayuntamiento presuntamente tan endeudado como lo dejaron los monstruos de Ican. Tanto, que no sobra un solo euro para que Aguas de Telde, participada por el Consistorio en un 51%, coloque en su sede social la escultura que sigue tirada en el vial costero entre Melenara y La Garita, junto a una estación depuradora. Se la encargaron al escultor Sergio Gil con ese fin, pero debe ser que como hizo el drago que tan atragantados los tiene, no hay manera de desbloquear la situación.