Quizá debió Salud Gil esperar un poco más antes de lanzarse a pedir al Gobierno de Canarias lo que Águeda Montelongo, de su mismo partido, negó siempre, ocho milloncillos de nada para la reforma del viejo hospital de El Pino y su conversión en residencia sociosanitaria. Está el PP metido en un buen lío, porque en su empeño por privatizarlo por las bravas no tuvieron en cuenta la legalidad ni las buenas costumbres. Ahora, tras culpar a Madrid, le tocará el turno a Marisa Zamora, que ya nos imaginamos cómo responderá. Esperamos de ella una salida algo más airosa que la que hace unos meses tuvo la directora de Asuntos Sociales del Cabildo, otra ex del Gobierno, Mari Carmen Hernández Bento. En una reunión con El Pino es Nuestro, y cuando se le sugirió que fueran planificando más pensando en el futuro, no tuvo mejor respuesta que la siguiente: “¿Ustedes qué quieren, que subamos los impuestos?”. Pues no, ya usted ve, pero que funcionen los que pagamos. Porfa, Mary.