El trazado de una línea de alta tensión amenaza al paisaje, aves y a un centenar de fincas del norte de Gran Canaria

Vista de varios postes eléctricos, en una imagen de archivo.

Iván Alejandro Hernández

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“Han catalogado mis tierras como pastizal improductivo, me quieren expropiar 1.000 metros”, alerta José Vera, músico profesional con un terrenito en Santa María de Guía en el que cultiva. Su preocupación se prolonga desde abril, cuando salió a información pública una línea de alta tensión sostenida sobre 35 torretas a lo largo de 9,6 kilómetros, entre los municipios de Agaete, Gáldar y Santa María de Guía. Está promovido por una empresa llamada Hierba Muda, una filial del grupo gallego Ecoener, que con un presupuesto de 1,4 millones de euros tiene el objetivo de introducir más renovables en la red del norte de Gran Canaria, al transportar la energía fotovoltaica generada en cuatro parques solares, que también impulsa la misma empresa entre Gáldar y Agaete.

Casi el 80% del trazado es aéreo y los terrenos privados de necesaria expropiación ascienden a 143, en su totalidad de uso agrario, algunos con la categorización de pastizal improductivo, como el caso de Vera, y otros de labradío o pastos. “Te pagan por cerrar fincas”, lamenta Vera, que junto a otros afectados se han posicionado en contra y ha presentado alegaciones. La Consejería de Transición Ecológica tiene la potestad para declarar la iniciativa de interés público y autorizar o denegar el trazado propuesto. En declaraciones a este periódico, ha indicado que el proyecto continúa en información pública, en fase de estudio y contestación de las alegaciones.

Y no son pocas las alegaciones que debe estudiar la Dirección de Energía de la Consejería de Transición Ecológica. Junto a los particulares afectados, el Cabildo de Gran Canaria también ha mostrado su rechazo al trazado que propone la empresa, al igual que los tres ayuntamientos de Agaete, Gáldar y Santa María de Guía y la asociación Turcón-Ecologistas en Acción. Todos coinciden en que existen alternativas para construir la línea eléctrica que el Gobierno de Canarias debería exigir, principalmente, soterrando la mayor parte del trazado.

En un informe solicitado por la Dirección General de Energía, enmarcado en el procedimiento de consulta a las entidades y administraciones públicas afectadas, el 19 de abril la Consejería de Política Territorial del Cabildo de Gran Canaria concluyó que la empresa debía buscar alternativas al trazado para minimizar los impactos ambientales.

El documento detalla que la línea de alta tensión y las 35 torretas chocan con el Plan Insular del Cabildo de Gran Canaria de 2022 o con el Plan Territorial Especial de Ordenación de los Corredores de Transporte de Energía Eléctrica, en el que se ampara. Además, cita que afectaría a áreas prioritarias para aves, zonas de repoblación forestal y enclaves de alta fragilidad y valor paisajístico.

“Estamos hablando de que un 80% del tendido es aéreo, es algo inconcebible teniendo en cuenta que se puede soterrar”, destaca Inés Miranda, consejera de Política Territorial y Paisaje del Cabildo de Gran Canaria. “En lugar de hacerlo paralelo a la carretera o contemplar otras opciones, pues se han lanzado a proyectar las torretas porque es lo más económico y rentable para la empresa. Y hemos dicho que de ninguna manera se justifica que la elección sea la adecuada”, abunda.

Miranda aclara que, a pesar de ese informe desfavorable del Cabildo, el Gobierno de Canarias tiene potestad para declarar el proyecto de interés público y permitir el trazado, un escenario que la Corporación Insular trataría de evitar acudiendo a los tribunales si lo estima oportuno. “No solo no podemos permitir que se salten zonas frágiles y prioritarias para aves, repoblación o reforestación, también tiene bastante incompatibilidad con el paisaje, que lo cambia por completo. Y nosotros tenemos mucho empeño en mejorarlo y en cuidarlo. No tiene sentido que se permita esta barbaridad”, zanja la consejera.

Los tres ayuntamientos coinciden en reducir el impacto medio ambiental y demandan una modificación del trazado: la propuesta de Santa María de Guía es que más del 90% de la línea eléctrica sea soterrado y discurra por caminos y carreteras preexistentes de titularidad municipal o insular para aprovechar el dominio público. La asociación Turcón-Ecologistas en Acción directamente pide al Gobierno de Canarias que deniegue la autorización a la empresa para realizar la línea de alta tensión y opte por instalar las placas solares sobre cubiertas o espacios urbanos y urbanizables, es decir, en lugares más cercanos a la demanda. 

Según la asociación ecologista, esto evitaría la construcción de una línea que afectaría a diez especies protegidas: el alcaraván, el halcón tagarote, el cuervo canario, el chorlito carambolo y a aves nocturnas como el búho chico y la lechuza. También a comunidades vegetales, entre las que cita el marmulán, el almácigo, el drago o el sauce canario. Y también destaca la afección que generaría a los cauces de numerosos barrancos.

Los parques fotovoltaicos en suelo rústico

Las líneas de alta tensión unen la subestación de Agaete con la de Guía, desde donde se elevaría o bajaría la tensión generada por la energía de los cuatro parques fotovoltaicos proyectados en la zona de El Cardonal, entre Gáldar y Agaete, tanto para su transporte como para su consumo. En abril de este año, cinco días antes de que lanzara a información pública la línea de alta tensión, el Gobierno de Canarias aprobó la ejecución de las plantas solares -junto a su conexión soterrada a la subestación de Agaete- mediante “un procedimiento excepcional” que le permitía a Hierba Muda llevarlos a cabo sin licencias urbanísticas, al ser declarado de interés general.

Además, el Gobierno de Canarias permitió la modificación del planeamiento municipal, al facilitar su ubicación sobre suelo rústico de protección agraria afectado por hábitat de interés comunitario. También conllevaba la necesidad de expropiación de terrenos privados. En total, suponen un total de 25.120 unidades, a razón de 6.280 paneles solares con una potencia de 2 megawatios cada planta y una inversión de casi 8 millones de euros. La justificación para otorgar la excepcionalidad se basó en su importancia para la transición energética, ya que en conjunto suponen evitar 12.528 toneladas anuales de gases de efecto invernadero a la atmósfera y contribuir a cumplir los objetivos fijados en la Ley de Cambio Climático.

Miranda recuerda que el Cabildo de Gran Canaria, en su informe, sí valoró de interés insular los cuatro parques solares “tras analizar una serie de cuestiones técnicas”: no se oponía ni al planeamiento de insular y cumplía el suficiente grado de detalle. Además, la conexión entre las plantas y la subestación de Agaete era soterrada.

“Dimos nuestra conformidad”, reitera. En este sentido, la consejera explica que, aunque los planeamientos municipales no tengan previstas las instalaciones de renovables en la zona en la que se demanda, la Ley del Suelo permite que, si el Cabildo lo declara de interés insular, el Ejecutivo regional puede dar luz verde. 

El origen: en 2013

Durante un pleno celebrado en el Ayuntamiento de Gáldar, el 27 de abril de este año, el alcalde Teodoro Sosa se detuvo a detallar este asunto y situó el origen de todo en el año 2013. En aquel momento, cuenta que se precisaba la construcción de una subestación eléctrica en el norte de Gran Canaria “porque la subestación eléctrica de Tres Cruces en Guía estaba colmatada y necesitaba llegar hasta Agaete para enganchar las inversiones fotovoltaicas o eólicas”.

El Ayuntamiento de Gáldar planificó que la subestación eléctrica se ubicara entre la zona industrial y el cementerio, en una parcela municipal donde se permitía su instalación y “no molestaba a nadie”. Pero entonces, “Red Eléctrica de España compró un terreno en Agaete pegado al lindero con Gáldar, es decir, muy cerquita de Piso Firme, y dijo que es de su competencia construir la subestación eléctrica del norte”, en suelo rústico.

Para Sosa, esta es la causa principal del “problema” que se ha generado, porque las cuatro plantas fotovoltaicas y la subestación se ubican en un suelo rústico, en lugar de la zona que había planificado el Ayuntamiento de Gáldar. “Nuestra respuesta está clara, es la misma que dijimos hace unos años: no estamos de acuerdo con que se ponga esa subestación eléctrica en un suelo rústico”, manifestó el alcalde.

Y a su juicio, la consecuencia se aprecia ahora con el tendido eléctrico de alta tensión. Sosa considera que esto se hubiese evitado si se hubiera optado por su preferencia: que el trazado discurriera por una subestación eléctrica ubicada en zona industrial de titularidad municipal, pues así se hubiese posibilitado que siguiera en paralelo a la autovía y fuese subterráneo, en lugar del trazado que se ha proyectado, al que cataloga como “un disparate”. Por todo ello, aseguró que, aunque el Gobierno de Canarias tenga la potestad de permitir el proyecto tal y como está, Gáldar expresará por todos los medios que pueda que “no estará de acuerdo”.

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