Conocemos a J. Morgan
Jesús Verdú dibujaba a cada momento, en cualquier lugar y sobre cualquier cosa. De pronto un día, trabajando de educador de calle en Las Remudas, su compañero de trabajo le propuso que hiciera una exposición en el pub que regentaba. Jesús accedió y expuso muchos dibujos humorísticos, siendo un testigo de esta exposición Vicente Llorca, quien quedó enamorado de sus viñetas. Vicente le propuso dibujar para un periódico que por aquel entonces nacía pero que le faltaba algo, una viñeta diaria de humor. Fue así como la vida de Jesús se unió al Canarias7 hace 28 años y nació la firma que hoy todos conocemos, J. Morgan.
De este modo Jesús comenzó a compartir su vida personal, la de un profesor de instituto, con la vida pública de Morgan. Los Ayoze o Carmelo, dos de sus personajes más queridos por la gente, se hacían cada vez más famosos. Sin embargo nadie sabía ponerle cara a su autor ya que nunca le gustó estar en el candelabro, pocos padres y alumnos de su instituto sabían que aquel hombre que daba clases era el afamado viñetista. Incluso no daba la cara en las entrevistas que concedía, Morgan era anónimo. A pesar de ello, llega un momento en el que no puede compaginar su vida de maestro con la de viñetista, las responsabilidades se hacen mayores por lo que decide dejar su vida de profesor.
A partir de ahora se dedicaría a su otra gran pasión, el dibujo. No sólo las viñetas del periódico, sino que Jesús también diseña carteles (es el encargado del cartel de las Fiestas del Pino 2011), caricaturas, logotipos de pequeñas empresas?incluso ha hecho ilustraciones quirúrgicas que se han publicado en revistas internacionales. La verdad es que se veía venir, alguien que fue alumno del gran Felo Monzón desde los 10 años tiene buenos mimbres para esto. Aunque a Jesús no le gustaba aparecer en los medios, fue con la publicación de su libro Asinosvá cuando por fin comenzamos a ponerle cara a Morgan. Lo hace por dos motivos, primero para poder promocionar su libro, y segundo porque ya tenía la tranquilidad de que al día siguiente no le esperarían sus alumnos.
La elaboración de la viñeta
Cada mañana realiza el mismo trabajo, como si de un proceso de destilación se tratara. En un primer momento hace un barrido de la prensa. Ahora con Internet, le es más fácil. A medida que va viendo lo que ocurre en el mundo, Jesús anota en una cuartilla lo más destacado y se dedica a hacer otras cosas, pero sin olvidarse de los asuntos ya que estos los va masticando. Cuando llega el mediodía vuelve a hacer un repaso a las actualizaciones de los periódicos digitales y ya decide los dos o tres asuntos para hacer las viñetas. Por fin tiene los temas que va a tratar en sus viñetas, ahora sólo queda lo que para él es más fácil, dibujar.
A la hora de elaborar su viñeta, Jesús es partidario de que el dibujo tenga cierto protagonismo, que aporte algo, aunque reconoce que hay algunos viñetistas que elaboran ilustraciones muy buenas en las que lo importante no es el dibujo, sino la elocuencia. A pesar de los grandes avances en la tecnología, sus tiras cómicas siguen siendo muy artesanales. Comienza dibujando con el lápiz y después le pasa la plumilla de tinta china. Para darle sombreados y tonos de grises ahora emplea el Photoshop tras escanear el dibujo. Es el único avance tecnológico que emplea en la elaboración de sus dibujos, porque antes lo hacía a mano.
En sus viñetas podemos ver imágenes que despiertan la risa en sus lectores. Para él es a través del humor la única forma que tiene para retransmitir lo inevitable. Gracias al humor gráfico se despiertan las conciencias para el cambio social. A pesar de existir numerosos temas de los que hablar, se maneja muy bien en el ámbito político, sobre todo con el ejecutivo de gafas oscuras, que usa esas gafas para ocultar ese rostro hipócrita que dice una cosa, pero realmente lo que quiere es decir otra. Con él representa una situación actual de hipocresía y esperpento. También es retratista de las costumbres canarias, realizando radiografías del comportamiento íntimo, social y familiar. Es por ello que uno de sus personajes predilectos es Ayoze, porque a través de su forma de hablar le sirve para tratar asuntos como el distanciamiento e incomunicación del mundo digital actual, pero en ningún momento pretende reírse de la juventud canaria.
A pesar de haber empezado con apenas 19 años a escribir una viñeta diaria, Jesús no ha cambiado nada, y esperemos que siga sin hacerlo ya que su humor nos sirve para olvidarnos un poco de la situación actual, a pesar de que se ría de esta.