Herta Müller responde: “Patriotismo es señalar lo que no está bien”
MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
En medio de una gran expectación mediática, la escritora rumana Herta Müller, Premio Nobel de Literatura 2009, presenta en el Instituto Goethe de Madrid su última novela, 'Todo lo que tengo lo llevo conmigo' (Siruela), en la que la autora plasma la persecución sufrida por los alemanes rumanos en tiempos de Stalin. Para aquellos que dicen que “odia” a su país, la escritora se mostró contundente: “No sé por qué lo hacen, quizás se basan en lo que critico, pero el patriotismo es también señalar lo que no está bien”, sentenció.
Rodeada de cámaras, flashes y periodistas, esta diminuta mujer de cabello muy negro y corto fue contundente en sus respuestas a las preguntas de los medios de comunicación. “En Rumanía muchas cosas están cambiando pero aún no está claro que el país evolucione hacia una democracia”, apuntó al hilo de su respuesta anterior.
La literatura de Herta Müller se caracteriza por una enorme “densidad y minuciosidad” no exenta de poética, señaló durante el acto la ensayista y crítica Mercedes Monmany. “Es una maestra del lenguaje a la hora de acercar al lector realidades inimaginables”, apostilló.
EL RECUERDO, MATERIA PRIMA
Müller agradeció el trabajo de los traductores de su obra (esta novela se ha publicado también en catalán) “porque es tan importante como el del propio autor”, dijo. Para ella, la realidad no es más que “un material” y el recuerdo, la memoria, “materia prima que el lenguaje tiene que desmenuzar”. “Una frase es como una obra de arte”, aseguró.
En su caso, la literatura no le sirve de terapia. “En absoluto, yo no la necesito porque no estoy enferma. El sistema, la dictadura sí lo está”, sentenció. Lo que sí le aporta la escritura es “estabilidad”. “Trabajar no sólo sirve para ganar dinero sino que da sentido a una vida y nos ayuda a saber qué hacer con ella”, afirmó.
En su proceso de trabajo las frases cortas son esenciales. “Cada una cumple su papel. Procuro que no sobre nada, evitar los tópicos, decir algo y eso me lleva a reformular muchas veces lo que digo aunque sé que es preciso contentarse a menudo con lo que escribes. Todo depende también del momento”, explicó.
Herta Müller , que nació en el seno de una minoría alemana en Rumanía, recordó que a los 15 años se “socializó” y aprendió el rumano, una lengua que va con ella cuando escribe. “Veo las cosas de otra manera gracias a ese proceso de socialización”, confesó asegurando que ella no sabría realmente cómo definirse. “Son los otros los que lo hacen. Creo que la identidad es un concepto para los políticos, no para los individuos”, señaló.
UN NOBEL CONTROVERTIDO
Cuando se le pregunta por lo que ha supuesto para ella recibir el Premio Nobel, Müller recuerda que en su país no todo ha sido alegría. “Algunos han sentido decepción porque no me consideran una verdadera rumana. Sería absurdo pensar que una obra como la mía vaya a despertar sólo entusiasmo. Unos se congratulan y otros no”, declaró.
En su caso, recibir esta prestigioso galardón no le ha cambiado nada. “Lo que cambian son las circunstancias exteriores pero yo misma lo encajo con normalidad. También tengo otros premios y no entiendo del todo esta magia alrededor del Nobel”, manifestó.
'Todo lo que tengo lo llevo conmigo' tiene como protagonista a un joven de condición homoxesual inspirado en un amigo poeta de la autora, su compatriota Oskar Pastior, fallecido en 2006 y que fue deportado junto a otros muchos hombres y mujeres de su región.
“He querido reivindicar su figura porque, aunque mi madre también sufrió la deportación, ella nunca me contó nada. Fue Oskar, uno de los más grandes poetas europeos, quien me habló de los campos e incluso fuimos a visitarlos. Colaboramos estrechamente durante tres años y pensamos en escribir conjuntamente este libro. Pero de repente, él falleció y me di cuenta de que había perdido a un amigo muy querido. Sólo al cabo de un año de su muerte decidí enfrentarme a este libro yo sola. Lo he hecho por él y también por mí”, explicó.
En esta novela su título, según Müller, no va más allá de lo que significa. “Es verdad que nos rodeamos de muchas más cosas de las que necesitamos. Pero aquí se habla de la deportación, que te despoja de todo, incluso de la vida”, apuntó. “En ocasiones lo que escribo es sobreinterpretado. Esto a veces, es una suerte, pero otras no”, concluyó.
La presencia de la escritora rumana en Madrid la llevará a participar en distintos actos. Así, esta tarde se realizará una lectura de su obra en el Instituto Goethe y mañana habrá un encuentro en la Biblioteca Nacional que presentará el periodista Juan Cruz.