Love of Lesbian: “En la crisis de la industria hay una mezcla de soberbia y falta de respeto”
MADRID, 25 (EUROPA PRESS)
En medio de la crisis, con la ley antipiratería en los chiqueros y la industria musical enfangada hasta el pecho, grupos como Love of Lesbian demuestran con su 'savoir faire' que hay vida al margen del mainstream, llenar salas y, sobre todo, seguir viviendo de la música.
El jueves los catalanes pasaron por la madrileña Sala Clamores, desbordando su aforo en un concierto con un set más tranquilo al que a sus seguidores tienen acostumbrados. Aunque primaron las versiones acústicas de canciones como 'Universos infinitos', 'Segundo asalto' o 'La niña imantada', la banda no se quiso privar tampoco de su habitual 'show' de temas bailables que acabaron con un medley de 'Shiwa' y 'El ritmo de la noche'.
“Los directos los planteamos como algo más que un concierto y cada cierto tiempo variamos el espectáculo que damos, lo que hace que la gente repita”, explican Santi Balmes, cantante del grupo, y Julián Saldarriaga, guitarrista, en una entrevista con Europa Press. La fórmula parece funcionarles: “estamos alargando la gira más de lo previsto por la demanda; hay gente que está tripitiendo y cuatripitiendo”.
Una “respuesta inesperada” del público ante su último disco, '1999', que ellos atribuyen al “buen cultivo” que dejaron sus anteriores álbumes y que les ha llevado a salas de todo tipo, desde el Palau de la Música de Barcelona -“una catedral de la música”- a la Sala Clap de Mataró (Barcelona) pasando por el concierto-carnaval que organizaron en la Becool de la Ciudad Condal.
La última de las iniciativas de Love of Lesbian tendrá lugar el 17 de abril en la madrileña Plaza de Moncloa, donde han convocado a 1.999 guitarristas y cantantes para que les acompañen al ritmo de sus canciones. “Todo lo que sea transgresor nos atrae, no por ser los primeros, sino por mentalidad de explorador. Si volvemos manchados y sin un brazo les diremos al resto de grupos 'no vayais'”.
“Es una cuestión de no grabar el disco y dejarlo en las tiendas. El que piensa que publicando un álbum ya está, que el resto del trabajo es de la discográfica, se equivoca. El disco es sólo el primer capítulo de una serie, el punto de inicio de algo que tienes que recrear durante todo el proceso de gira”, explican. “Aunque hay gente que llena sin necesidad de hacer el gilipollas”, bromea Santi.
UNA INDUSTRIA TOCADA DE MUERTE
Iniciativas arriesgadas, al fin y al cabo, en un momento de crisis. “Ahora toca aprovechar las herramientas que todavía son útiles”, señalan, recordando que ellos se han servido de toda una red de blogs, Facebook o Myspace para la promoción de su último disco. “La industria está tocada de muerte tal y como la conocíamos hasta ahora”, consideran.
“Me imagino a los 'capos' de las industrias de las grandes compañías sentados en el sofá intentando entender cómo funcionaban las descargas en Internet y diez años después preguntándose qué coño ha pasado. Si ellos eran los que trabajaban en esto, no entiendo cómo no se dieron cuenta, por qué no reaccionaron antes. Esa es la gran bofetada que las nuevas tecnologías les han dado”, reflexiona Julián.
Ambos critican que ahora que las grandes compañías no venden discos “giren la cabeza al directo” y exijan un porcentaje de las ganancias de los grupos en los conciertos “en lugar de reorganizarte y buscar nuevas formas de negocio”. “Esa es su mentalidad de gran ejecutivo. Me parece corto de miras y un poco indignante”, añade Julián.
Santi, considera “extraño” que la industria no se diera cuenta antes de que “el negocio siempre ha estado en los directos”. “Brian Eno lo decía, estos 20 años han sido la época dorada del disco, algo muy puntual en la historia de la música, porque donde se ha sacado el dinero desde siempre es en los conciertos”, explica, al tiempo que considera poco “lógico” que los grupos deban ahora “cargar” con tantos por cientos para el manager y el “derecho de pernada de la discográfica” en los directos.
Ahora bien, el cantante señala que tampoco “puede ser que nuestro nivel de consumo de música comprada esté a la altura de lo peorcito de Europa”. “Somos los más piratas de la UE, hay una mezcla de soberbia de la industria y de falta de respeto absoluta del español medio por la cultura en general”, afirma.
“Antes el fútbol por televisión era gratis, ahora hay que pagarlo y no ha habido un alzamiento popular. Con la música igual. ¿Por qué no tendrías que pagar por escuchar un disco?”, continúan, definiéndose como firmes defensores del streaming y servicios como Spotify, que les han permitido no dejar de comprar discos, sino ser “mucho más certeros al comprarlos”.
EL FAGOCITAMIENTO 'INDIE'
Además de en los abarrotados directos, es precisamente en ese tipo de servicios donde se mide el éxito de Love of Lesbian, uno de los muchos grupos que no encuentran hueco en las radios comerciales. Situados entre las 20 bandas más escuchadas de Spotify, junto a artistas como Lady Gaga o Muse, Santi considera ese éxito como “una broma”.
“Como cuando los de 'Ocean Eleven' están planeando un atraco, con la misma falta de moral. Es como quien se ha colado en un sitio donde por naturaleza no le tocaba”, ironiza el cantante, que asegura que nunca olvidan sus raíces 'indies'. Sin embargo, su pretensión tampoco era convertirse en un estandarte de lo independiente, emblema que con el éxito podrían llegar a perder.
“Lo único que puede hacer que Love of Lesbian salga del indie es que los propios indies nos echen. Que pasará. Cuando el grupo empiece a llegar a mucha gente y todo el mundo lo conozca, el indie talibán dirá 'este grupo ya no es indie', lo dirá en su blog, a sus amigos, y pronto se asumirá que no somos indies y nos ubicarán en el mainstream”, explica el guitarrista.
Un hecho que no deja de ser paradójico. “¿Levantarte de las 7 de la mañana para coger un AVE a Madrid es mainstream? Yo siempre lo imagine con jets privados... pero no, era esto”, ironiza Santi. “Si la gente pasa de nosotros porque hacemos basura habrá una justificación, pero porque te conozca más gente... no puedo entender que sea como el dios Mercurio que se come a sus hijos, este fagocitamiento continuo”.
“Es como tener muchas plantas y al ver que una crece más que las demás, la cortas. Son precisamente esas plantas que crecen más que el resto las que hacen que los chavales dejen de escuchar mainstream y que haya más caldo de cultivo de gente que intente hacer cosas nuevas”, reflexiona el cantante.
En cuanto al futuro, cantante y guitarrista se muestran más bien eclécticos. “Estamos en cosas pequeñitas -algunas grandes, señala la representante de prensa- para desestresar la presión de cara al próximo disco. Nos embarcaremos en proyectos con otros nombres, de cara a hacer salas pequeñas mientras preparemos el disco. Queremos que haya 6,7 u 8 meses en los que no se sepa nada de nosotros como Love of Lesbian... como un digestivo, como el sorbete de limón que dan entre comidas”, concluyen.