La Organización Mundial del Turismo alerta de la presión inmobiliaria

A pesar de la buena marcha de la industria turística española, con un crecimiento del 4,5% en 2006, el secretario general de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Francesco Frangialli, advierte de dos factores de riesgo que constituyen una amenaza para el futuro: la presión inmobiliaria y el cambio climático.

El boom inmobiliario ha sembrado las costas españolas de numerosas construcciones destinadas a segunda residencia, que se ocupan sólo algunas semanas al año, pero que exigen importantes infraestructuras que hay que mantener durante todo el tiempo. Esta situación conlleva el riesgo de que la rentabilidad general baje en el futuro, señaló Frangialli.

Pese al interés, tanto del sector público como privado, en cómo canalizar la presión inmobiliaria, la descentralización de los poderes no ayuda a resolver este problema que se extiende por todo el litoral español. Otros países no están exentos de problemas similares, incluso Francia ha visto desaparecer en algunas zonas sus pequeños hoteles, que han sido sustituidos por apartamentos de lujo que se ocupan pocos meses al año.

Además, este tipo de residencias va acompañado en España de campos de golf, instalaciones que consumen mucha agua y ésta escasea cada vez más por el calentamiento global que lleva a la desertificación de algunas regiones españolas.

Desestacionalizar el sector

No obstante, de momento, el crecimiento de la industria turística española supera al de otros destinos de la zona euro y, a juicio de Frangialli, España iguala ya a Francia, primera en volumen de turistas, si se descuenta el 25% de viajeros que sólo se encuentran en tránsito en el país galo.

Hace dos años, España adelantó a Francia en ingresos por turismo, pero no ha conseguido superarle en cuanto al número de turistas, ya que el país vecino cuenta con ubicación geográfica que le permite contar con mayor flujo turístico en tránsito, en mucho casos hacia España. El liderazgo de España en Europa está, por tanto, garantizado, pero no ocurre lo mismo con su posición mundial, donde China se acercará o incluso adelantará a España en el ránking en los próximos cuatro años, según Frangialli.

España ha culminado la adaptación de su producto turístico a las nuevas exigencias del mercado y ha llevado a cabo un proceso de diversificación que le permite ofrecer, en la actualidad, una amplia oferta de destinos y actividades turísticas. Frangialli recordó que antes la oferta de España se limitaba al producto de sol y playa y los turistas que pasaban sus vacaciones en la costa no se acercaban a las grandes ciudades, que ahora, como es el caso de Barcelona o Madrid, se han convertido en dos destinos muy solicitados por si solos.

Gracias a productos como turismo de negocios, rural o cultural, España ha conseguido avanzar en el proceso de desestacionalizar de su industria turística, a lo que han contribuido también otros factores globales como la aparición de compañías de bajo coste y el cambio en los hábitos de los turistas. En este sentido, el cambio climático puede suponer una ventaja para España, debido a un clima más suave durante todo el año, si adapta adecuadamente su oferta turística, añadió.

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