Canarias es la región donde menos cae la venta de pisos
Las islas Canarias hacen honor a su sobrenombre de afortunadas, al menos en lo relativo a la venta de viviendas, al encontrarse entre las comunidades autónomas con un menor descenso en la venta. Mientras el resto de España se encuentra inmersa en un profundo estancamiento en el sector, el Archipiélago pasa de momento desapercibido, según las inmobiliarias.
Canarias “sufre la crisis, pero en menor medida”, indica a modo de ejemplo el subdirector de la inmobiliaria Don Piso en Las Palmas de Gran Canaria, Emiliano Bermúdez. Y es que el porcentaje medio de caída de ventas en la península se sitúa en torno al 50 por ciento, mientras que en las Islas ronda el 30 por ciento.
Bermúdez también resalta la fuerza del mercado canario porque siempre “ha aguantado mejor las crisis que otros mercados”. Así, la zona norte de la península, “Asturias, mercados localizados del País Vasco y Castilla León”, son otros lugares donde la crisis sigue un ritmo similar al de las Islas.
Canarias sobrepasa cuantiosamente la media española de fincas hipotecadas (339 fincas hipotecadas en las islas frente al 239 de la media nacional), según datos publicados en el mes de agosto por el Instituto Nacional de Estadística (INE) que demuestran la escasa influencia de la caída de la economía en las islas.
La contratación de hipotecas en el Archipiélago se ha reducido en el último año en un 32 por ciento, una cifra similar a la media española. Sin embargo, en las islas se ha producido un abaratamiento del 24,5 por ciento en los créditos solicitados, mucho mayor que la media nacional, de tan sólo un 8 por ciento.
Más de un centenar de hipotecas se han refinanciado en la comunidad autónoma canaria, una cantidad mucho menor que la suma total del resto de comunidades. En cuanto a las hipotecas que han sido canceladas por imposibilidad de pago, en mucha ocasiones, hay unas cifras similares entre la media peninsular y la canaria.
La vuelta de vacaciones en septiembre será un duro golpe para la debilitada economía española porque se prevé que aumente la morosidad. El subdirector de la Inmobiliaria Don Piso considera que “estamos en lo más profundo de la crisis, ahora hay que salir adelante”.
Las inmobiliarias, las grandes perjudicadas
El estancamiento económico no ha tardado en salpicar a las entidades bancarias que se encuentran con graves problemas de liquidez, lo que conlleva una reducción en la concesión de créditos. La consecuencia de esa decisión recae en el endurecimiento de los requisitos impuestos para poder acceder a un crédito hipotecario.
Las inmobiliarias han sido las más afectados por la reducción de capital en las entidades bancarias. Rina di Simone, copropietaria de la Inmobiliaria El Pasito, en el sureste de Gran Canaria, comenta que “los bancos ahora sí miran con lupa cómo debe ser el perfil del cliente”. “Las sociedades de tasación están atribuyendo un precio más razonable a los inmuebles y ello conduce a que muy pocos puedan acceder a un crédito hipotecario”, añade la empresaria.
Los bancos tratan de buscar la manera en la que sus clientes hagan efectivo el pago de los créditos sustraídos, para ello indagan en nuevas propuestas de pago. La fórmula más reciente ofertada por los bancos ha sido la reunificación de créditos, una medida que sus detractores califican como “pan para hoy y hambre para mañana”.
'El Balconcito', una pequeña inmobiliaria situada en el municipio de Ingenio, ha sufrido una caída sustancial de las ventas, tal y como expresaron sus propietarias. Patricia Mendoza, una de las responsables de la empresa, afirmó que lo positivo de la situación es que “muchas inmobiliarias cierran”, además, las que se mantienen abiertas aprenden a “administrar cuando hay bonanza y a reducir gastos cuando hay crisis”.
Las copropietarias del negocio inmobiliario señalan que esta situación está llevando hacia un aumento en la demanda de pisos arrendados, siendo “un 80% los clientes que buscan viviendas de alquiler” lo que provoca una subida en la rentas.
Tras una evaluación de la crisis, Emiliano Bermúdez consideró que de este ciclo negativo “saldrá un nuevo mercado del que se beneficiarán los consumidores”. En el caso de la pequeña inmobiliaria, sus copropietarias tienen “la esperanza de que los bancos se mantengan con tantas reglas y requisitos”.
