España hará un recorte extra del déficit de 5.000 millones
Los ministros de Economía de la Unión Europea ultimaban este domingo por la noche la creación de un fondo permanente multimillonario para rescatar a países en quiebra o que se enfrenten a ataques especulativos sobre su deuda, como los que están sufriendo Portugal o España tras el salvamento de Grecia.
En paralelo, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) se encontraba reunido para detallar su contribución a este plan, que podría incluir la compra de deuda en el mercado secundario. La UE espera anunciar un acuerdo antes de que abra la bolsa japonesa a las 2 de la madrugada (hora española) para “garantizar la estabilidad del euro, en la zona y en los mercados financieros”, dijo la ministra de Economía francesa, Christine Lagarde.
“Estamos viendo en los mercados comportamientos de manada de lobos y, si no detenemos a estas manadas, harán pedazos a los países más débiles”, denunció el ministro de Finanzas sueco, Anders Borg.
La vicepresidenta económica, Elena Salgado, aseguró a la entrada de la reunión que “España no se plantea recurrir a este fondo”. No obstante, anunció a sus colegas del Ecofin un recorte adicional del déficit público del 0,5% para este año, equivalente a 5.000 millones de euros, y del 1% para 2011 (10.000 millones de euros) en un intento de recuperar la confianza en la economía española.
Las negociaciones de los ministros de Economía, que se complicaron por la ausencia del representante alemán, Wolfgang Schauble, hospitalizado en Bruselas tras reaccionar negativamente a un nuevo medicamento, se vieron acompañadas por contactos al máximo nivel.
El presidente estadounidense, Barack Obama, llamó a la canciller alemana, Angela Merkel, y al presidente francés, Nicolas Sarkozy, para pedirles que la UE adopte medias que generen confianza. Merkel y Sarkozy también hablaron entre sí y constataron su “pleno acuerdo” en la puesta en marcha de este mecanismo de estabilización“.
Por su parte, el ministro de Finanzas británico, Alistair Darling, anunció que el Reino Unido no quiere contribuir a este mecanismo de rescate para estabilizar el euro. “Lo que no haremos y no podemos hacer es dar asistencia al euro. La responsabilidad de asistir al euro debe corresponder a los miembros del Eurogrupo”, dijo. También el representante sueco dijo que “son los países del Eurogrupo los que han creado el problema y está claro que nuestros contribuyentes no están dispuestos a financiar a los griegos que se jubilan a los 40 o los 50”.
El presupuesto como garantía
El nuevo fondo permanente de estabilización no se basará en préstamos bilaterales, como en el caso de Grecia, porque este sistema no serviría para rescatar a un país como España, cuyo salvamento costaría entre 6 y 7 veces más que el de Atenas y ni siquiera Alemania podría soportar ese desembolso.
El mecanismo permitirá a la Comisión acudir a los mercados a pedir prestado el dinero necesario para rescatar a un país. Para ello, utilizará como garantía la reserva disponible del presupuesto comunitario, que asciende a alrededor de 70.000 millones de euros. Con esta garantía, Bruselas podría conseguir en los mercados hasta 10 veces más fondos. Si el dinero no es suficiente, podría completarse con garantías de los países de la eurozona, según informaron fuentes diplomáticas.
Este instrumento se basará en el artículo 122.2 del Tratado, que permite esta asistencia en caso de “serio riesgo de dificultades graves” debidas a “acontecimientos excepcionales”. La ventaja es que no requerirá la autorización de los parlamentos nacionales, como ha ocurrido con la ayuda a Grecia, y que podrá activarse por mayoría cualificada, lo que permitiría usarlo con rapidez.
En todo caso, la activación del fondo irá acompañada de la actuación del Banco Central Europeo (BCE) para resultar eficaz. “Es evidente que la política monetaria tiene que intervenir”, afirmó el ministro belga de Finanzas, Didier Reynders.
Según las fuentes consultadas, tres son las opciones alternativas o simultáneas que se barajan. En primer lugar, el BCE podría comprar deuda pública del país en riesgo en los mercados secundarios para hacer que bajen los tipos de interés y estabilizar los mercados de deuda soberana. Los Tratados prohíben explícitamente al Banco adquirir deuda directamente de los países de la eurozona, pero los líderes europeos interpretan que esta prohibición no afecta a los mercados secundarios.
Además, la Reserva Federal Estadounidense ha recurrido a esta práctica abundantemente desde el inicio de la crisis financiera. De hecho, los mercados esperaban que Trichet anunciara el pasado jueves que iniciaría las compras de deuda pública y reaccionaron negativamente ante la falta de decisión.
La segunda posibilidad es que el BCE acepte como garantía colateral para dar préstamos o inyectar liquidez a los bancos la deuda pública del país amenazado incluso aunque las agencias de 'rating' la hayan rebajado a la categoría de bono basura. Es decir, se trataría de trasladar a otros Estados lo que Trichet ya hizo para Grecia el pasado 2 de mayo.
Finalmente, el Banco podría reanudar las inyecciones de liquidez a un año a los bancos, una medida excepcional que se adoptó al principio de la crisis financiera y que se retiró ya en diciembre.