Bush reafirma su optimismo sobre la paz al final de la gira por Oriente Medio
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, reiteró este miércoles al término de su gira por Oriente Medio su optimismo sobre el proceso de paz, pese al aumento de la violencia en Gaza y el debilitamiento del primer ministro israelí, Ehud Olmert. En Sharm el Sheij, la ciudad en el extremo sur de la península del Sinaí que estuvo en el centro de la guerra de 1967 entre Israel y sus vecinos árabes, Bush prometió que no colocaría en un segundo plano las negociaciones.
Bush dijo que volverá en mayo para impulsar una paz en una región que hace mucho tiempo que no la conoce. “Cuando digo que volveré para mantenerme involucrado, lo digo de verdad”, afirmó Bush en unas declaraciones junto a su colega egipcio, Hosni Mubarak.
“Cuando digo que me siento optimista de que podemos alcanzar un acuerdo, quiero decir lo que digo”, añadió. El presidente norteamericano había evitado durante siete años mediar personalmente en el conflicto entre palestinos e israelíes, como sí hizo su antecesor, Bill Clinton.
Lo ha querido hacer ahora, en el ocaso de su mandato, y en su primera visita a Israel y Cisjordania, con la que inició su gira de ocho días por Oriente Medio y el Golfo Pérsico, Bush manifestó su confianza de que ese acuerdo de paz se alcance antes de que él salga de la Casa Blanca, en enero de 2009. Sin embargo, desde que Bush partió de Israel la semana pasada para continuar su gira por los países árabes, la situación en la región se ha deteriorado.
Crisis política hebrea
En Gaza, más de veinte palestinos han muerto desde el martes en distintas operaciones llevadas a cabo por Israel en represalia por el lanzamiento por las milicias palestinas desde la franja de cohetes contra territorio israelí.
Al mismo tiempo, el partido ultranacionalista Israel Beiteinu (Israel es nuestra casa) se retiró este miércoles de la coalición de gobierno del primer ministro israelí, Ehud Olmert, porque no acepta que se devuelva ni una pulgada de tierra a los palestinos. Si sigue el mismo camino el partido ortodoxo sefardí Shas, otra formación que también ha criticado el proceso de paz, Olmert se verá obligado a dimitir y posiblemente se convocarían elecciones anticipadas.
Mientras en Tierra Santa surgían estos problemas, Bush visitaba los países árabes para recabar apoyos a las negociaciones. Mubarak se lo dijo este miércoles de manera explícita: “Le dije que deseo que se logre un acuerdo de paz antes del fin de su mandato” y añadió que Egipto está listo para colaborar con Estados Unidos y el Cuarteto (EEUU, la Unión Europea, Rusia y la ONU) para poner fin al enfrentamiento “y abrir nuevos horizontes para Oriente Medio”.
Bush reconoció su ayuda con su mera presencia en Sharm el Sheij, en una visita relámpago de menos de tres horas que era obligada pues Egipto es el principal aliado árabe de Estados Unidos. La Casa Blanca había enfatizado que Bush usaría también la gira para promover su llamada a la implantación de la democracia en Oriente Medio, algo que el presidente norteamericano anunció con toda solemnidad en el discurso de su segunda investidura, en enero de 2005.
Sin embargo, este miércoles evitó incomodar a su huésped y dijo únicamente que espera que el Gobierno egipcio dé a los ciudadanos “una mayor voz en su futuro”. El Gobierno de El Cairo ha encarcelado a periodistas y opositores políticos en los últimos años el propio departamento de Estado ha denunciado torturas y detenciones arbitrarias.
La dureza la reservó Bush una vez más para Irán, a cuyo gobierno, así como a Siria “y sus aliados”, advirtió de que deben poner fin “a sus interferencias” en Líbano y a sus intentos de socavar el proceso político en ese país. Bush pidió la elección “inmediata y sin condiciones” de un presidente, del que Líbano carece desde el 24 de noviembre por la falta de acuerdo entre la mayoría parlamentaria antisiria y la oposición prosiria.
Tres personas murieron en Beirut y 21 resultaron heridas en un atentado contra un vehículo de la embajada de Estados Unidos. Precisamente, el jefe del Ejército y candidato consensuado a la presidencia del Líbano, Michel Sleiman, comparó este miércoles la situación en el país con una granada en su mano a punto de estallar y que, caso de hacerlo, afectaría a todo el país: “Siento que tengo en mi mano una granada y trabajo para poder desactivarla para que no estalle, porque en caso de que explote alcanzará al ejército, a la resistencia y a la nación”.
Mubarak señaló que “la cuestión palestina es el corazón de los problemas y del conflicto en Oriente Medio”.
“No tienen intención de alcanzar a civiles”
Por otro lado, seis palestinos murieron este miércoles en distintas operaciones israelíes en Cisjordania y Gaza, en una ofensiva militar cuyos resultados parecen lejos de conseguir el objetivo inicial de Israel: poner fin a los ataques con cohetes desde la Franja.La jornada se saldó con tres milicianos y tres civiles muertos -entre estos últimos un menor de edad- así como con una docena de heridos, que se suman a las 17 víctimas mortales y más de 40 heridos en el primer día de la ofensiva, el martes.
El más sangriento de los ataques de este miércoles se registró en la parte este de Gaza capital, cuando un aeroplano israelí disparó un cohete contra un vehículo de milicianos. El cohete erró el blanco e impactó entre un grupo de viandantes, matando a los tres civiles -miembros de una misma familia- e hiriendo a otros cinco, comunicó la Yihad Islámica.
“Durante una operación contra un vehículo que transportaba a milicianos responsables del lanzamiento de cohetes en el norte de Gaza, otro vehículo que se movía cerca del objetivo fue alcanzado de forma no intencionada”, fue la versión de la portavoz para medios extranjeros del Ejército israelí, Avital Leivovitz. Y agregó que las Fuerzas Armadas israelíes han abierto una investigación porque “no tienen intención de alcanzar a civiles que no están implicados (en ataques)”.
En otro ataque aéreo, dos milicianos islámicos murieron en el campo de refugiados de Al Bureij, en el corazón de la banda, bombardeo que causó heridas a otras tres personas. La sexta víctima mortal es el jefe del brazo armado de la Yihad Islámica en Cisjordania, Walid Abeide Abú el Kasam, en una redada en el distrito de Jenín, cuando “el Ejército trataba de detenerlo”, a decir de portavoces militares israelíes.
Israel argumenta que las operaciones en distintos puntos de la franja de Gaza tienen el objetivo de impedir los lanzamientos por parte de las milicias palestinas de cohetes y proyectiles de mortero contra su territorio, pero en las últimas veinticuatro horas su número ha crecido vertiginosamente a raíz de la ofensiva. Medio centenar de esos proyectiles cayeron este miércoles en suelo israelí y alcanzaron varias comunidades aledañas a la Franja, con un balance de un herido.
El brazo armado del movimiento islámico Hamás, las “Brigadas de Azedín al Kasem”, confirmó que ha disparado 65 cohetes y 75 proyectiles de mortero desde el martes.
“Más presión sobre los terroristas”
Lejos de disuadir a Israel, parece que este país está decidido a subir un nuevo peldaño para disipar las críticas de la opinión pública por su ineficacia desde 2001, cuando se produjo el primer lanzamiento de un cohete, mucho más precarios que los actuales.
El ministro de Defensa, Ehud Barak, aseguró esta noche en un acto público que “incrementará la presión sobre los terroristas” hasta conseguir que dejen de lanzar cohetes. Pero la ofensiva militar israelí puede tener consecuencias políticas para el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, y su primer ministro, Salam Fayad, de por sí muy criticados por negociar con Israel.
Riyad al Maliki, ministro de Información de la ANP, sostuvo este miércoles que la comunidad internacional debe tomar cartas en el asunto y frenar a Israel. “De ninguna manera podemos eximir a la comunidad internacional de su responsabilidad... los territorios palestinos se encuentran bajo ocupación y, según la legislación internacional, la responsabilidad reside en la comunidad internacional”, advirtió.
Y si de algo ha servido esta escalada es para que, por primera vez desde el levantamiento de Hamás en Gaza, Abás dialogara con un dirigente islámico. Medios locales informaron de que el presidente de la ANP telefoneó este miércoles a su ex ministro de Exteriores, el doctor Mahmud a Zahar, para expresarle el pésame por la muerte de su segundo hijo en las escaramuzas del martes en Gaza.
Incluso uno de los líderes más progresistas de Al Fatah, Kadura Fares, un laico y demócrata a ultranza, exhortó este miércoles a su partido a reconciliarse con los islamistas para “proteger la causa palestina”. A su juicio, “debemos pensar juntos como reanudar el proceso de reconstrucción y traer seguridad al pueblo palestino”.