Hechos ante los que tienes que'' tragar saliva dos veces''
Laura Martínez y Óscar Martín, dos delegados de Cruz Roja en Canarias, relataron este miércoles que tras el terremoto que devastó Haití en enero han vivido experiencias ante “las que tienes que tragar saliva dos veces”, entre ellas, explicarle a un niño que le tenían que amputar parte de su cuerpo.
Así lo indicaron en rueda de prensa Laura Martínez, psicóloga y miembro del Equipo Psicosocial Internacional de Cruz Roja, y Óscar Martín, de la Unidad de Respuesta de Emergencia de Sanamiento Masivo de esta entidad, que regresaron a Canarias la semana pasada tras permanecer en Haití desde finales de enero.
En concreto, Laura Martínez llegó a la República Dominicana el 22 de enero para en primera instancia formar y dar ayuda psicológica a los voluntarios de Cruz Roja de dicho país, que sufrían un gran cansancio tras la intensa labor originada por la catástrofe de la nación vecina, que ha causado más de 217.300 muertos y 300.000 heridos.
La psicóloga indicó que para el primer momento de emergencia se necesitan personas con una gran fortaleza emocional “y que no se derrumben fácilmente”.
Su labor consistió en intervenir con niños y adultos, para lo que aprendió algunas palabras en criollo, y dar terapias “de desahogo emocional”.
En un primer momento los afectados describían “con pelos y señales” cómo hacía sucedido el movimiento sísmico, el 12 de enero, y lo que habían vivido hasta reencontrarse con sus familiares, cuando esto había sido posible.
“Me tocó dar malas noticias y ahí es donde tuve que demostrar entereza”, confesó Laura Martínez, que fue la coordinadora nacional de los psicólogos que intervinieron tras la catástrofe del avión de Spanair en el aeropuerto de Barajas.
Los niños no eran capaces de mirar a la cara
Lo que más percibió en sus días en Haití fue el desarraigo y que los niños no eran capaces de mirar a la cara, sonreír ni jugar con los otros, una actitud que cambiaba tras el encuentro con los psicólogos.
Y lo que resultó “espectacular” era la posibilidad de reunir familias y vivir los momentos del reencuentro, añadió la psicóloga, quien dijo que se ha puesto en marcha un proyecto a largo plazo para trabajar con mujeres y niñas haitianas, ahora en situación de mayor vulnerabilidad.
“Aunque si tengo que poner en una balanza lo vivido, pesa más el amor que otra cosa”, destacó.
Óscar Martín llegó también a la República Dominicana el 29 de enero y partió por carretera hacia Puerto Príncipe.
Lo primordial de su trabajo en Haití consistió en la construcción de letrinas, de las que se situaron 194 en cuatro campos de desplazados, con capacidad de entre 2.000 y 8.000 personas.
En todo el país hay sin embargo unos 85 campos y en algunos de ellos habitan hasta 12.000 desplazados, precisó Martín, quien dijo que el mayor problema que dificultó su labor fue que instalar letrinas en el propio lugar era “novedoso”, por lo que se optó por hacerlas en serie en un almacén y luego trasladarlas.
También debían trabajar con rapidez porque en abril comienza la temporada de los huracanes y además encontraron otra dificultad en que el nivel de la capa freática es muy alto, y hallaban agua a apenas un metro o 90 centímetros de la superficie.
Además colocaron siete plantas potabilizadoras en una zona en la que había un colegio que con el terremoto “se vino abajo y no escapó ni un solo niño”.
La Federación Internacional de Cruz Roja realizó “una macro-operación” para Haití, adonde envió a 600 delegados, mientras que la organización del país movilizó a unos 3.000 voluntarios en Puerto Príncipe y 10.000 en el resto del territorio.
De los 43 delegados que envió Cruz Roja española, nueve eran de Canarias y uno de los ocho aviones con ayuda partió de la base aérea de Gando con material procedente del Centro Logístico de Ayuda Humanitaria de la organización en Las Palmas de Gran Canaria.
El presidente de Cruz Roja en Canarias, Alejo Trujillo, destacó que la organización ha recaudado más de 36 millones de euros y de ellos, casi 550.000 proceden de las islas.
Con estos fondos Cruz Roja española tiene un plan a seis años para planificar la construcción de viviendas, centros de salud y escuelas en Haití, además de apoyar la formación de los miembros de la entidad en el país.