Medvedev pide a los magnates rusos que ayuden en los incendios
SOCHI (RUSIA), 16 (Reuters/EP)
El presidente ruso, Dmitri Medvedev, ha pedido este lunes a la élite empresarial rusa que ayude a reconstruir los pueblos destruidos por los grandes incendios, mientras la lluvia y los fuertes vientos parecen atisbar el fin de semanas de calor sin precedentes.
Rusia ha luchado contra su peor ola de calor, que ha matado a docenas de personas en incendios forestales durante los últimos 50 días y ha duplicado el índice de mortalidad en Moscú al cubrirla de humo tóxico.
Las llamas han destruido cosechas, y los economistas estiman que el país podría perder unos unos 10.899 millones de euros de su Producto Interior Bruto este año.
Medvedev convocó a los magnates --entre ellos, el propietario de la mayor firma de aluminio del mundo, RUSAL, Oleg Derispaska, o el accionista en la minera de níquel Norilsk Nickel, Vladimir Potanin-- a su residencia de verano en Sochi, junto al Mar Negro.
“Teniendo en cuenta la actitud de la sociedad hacia este problema y la escala del desastre, creo que podemos abordar cómo pueden los emprendedores participar para afrontar las consecuencias”, indicó el presidente.
Deripaska ha prometido a Medvedev la construcción de cincuenta casas. Vladimir Yevtushenkov, jefe del 'holding' Sistema, con intereses que van del petróleo a las telecomunicaciones, dijo estar dispuesto a contribuir con 20 millones de rublos (unos 510.000 euros) para la reconstrucción.
En el pasado, los líderes rusos han pedido a los grandes empresarios que participen en proyectos sociales o industriales respaldados por el Gobierno. Los hombres de negocios, la mayoría de los cuales se beneficiaron de las polémicas privatizaciones de los años 90, suelen acceder.
El Gobierno ha prometido casas por valor de hasta 2 millones de rublos para las 3.000 personas que han quedado sin hogar tras los incendios.
El servicio ruso de previsión meteorológica dijo este lunes que se esperan lluvias en la Rusia europea, asolada por la sequía, entre el 16 y el 18 de agosto, aunque añadió que la amenaza de nuevos fuegos sigue presente.
Por otro lado, el primer ministro ruso, Vladimir Putin, visitó este lunes los trabajos de extinción que intentan inundar varios puntos de turba subterránea, que están ardiendo. Se calcula que la operación costará mil millones de dólares.
Además, Putin ordenó a las autoridades locales que gestionen las consecuencias de los huracanes que han dejado a miles de viviendas sin electricidad en el noroeste del país y afectado al tráfico ferroviario entre Moscú y San Petersburgo.
Los incendios han expuesto la pobreza de las zonas rurales rusas, donde el empleo escasea y muchos intentan ganarse la vida cultivando solares y recogiendo bayas en el bosque. “Para ser sincero, la vida no era tan dulce allí incluso antes de los fuegos”, dijo Medvedev. “Todo se ha quemado allí. Será imposible recoger setas y bayas salvajes en los próximos años”, añadió.