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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Reproches, promesas y algunas iniciativas en la cumbre euroafricana

Reproches sobre derechos humanos y pasado colonial, promesas de cooperación y algunas iniciativas concretas para frenar la emigración o la violencia fueron este sabado as notas destacadas de la primera jornada de la cumbre UE-Africa.

Pese a los intentos por minimizar la polémica presencia de Robert Mugabe en la conferencia de Lisboa, el líder de Zimbabue mantuvo el protagonismo por los reproches a su régimen de mano dura que lanzó la canciller alemana, Angela Merkel, y los elogios que hizo en su defensa el presidente de Senegal, Abdulayé Wade.

Varios líderes africanos condicionaron su presencia en Lisboa a que Mugabe no fuera excluido de la cumbre, como pretendía Londres, y hubo algunos comentarios defensivos sobre la relación entre derechos democráticos y los problemas sociales y económicos del continente.

El líder libio Muamar Al Gadafi fue el más crítico con Europa y no dudó en pedir que devuelva los recursos expoliados en África durante el colonialismo o invite a los africanos a vivir allí.

“Dadme 1.000 millones de euros y prometo que no os exportaré inmigrantes”, afirmó.

Gadafi fue uno de los cinco líderes africanos que tomaron la palabra durante las sesiones a puerta cerrada de la conferencia, en la que otros cinco gobernantes europeos tomaron a su vez la palabra para hablar de temas previamente consensuados, desde desarrollo, comercio y cooperación a inmigración, paz o democracia.

El líder libio dio el contrapunto al discurso del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que hizo una de las propuestas concretas de la cumbre al proponer un pacto euro-africano que garantice la escolarización infantil, genere empleo para los jóvenes y mejore las infraestructuras en África.

“La Unión Europea no ha estado a la altura de las circunstancias”, manifestó Zapatero que abogó por una lucha “implacable” contra las mafias de la inmigración y una política “honesta” que facilite los flujos legales de emigrantes.

Los reproches de Gadafi, que antes de la Cumbre había criticado también la actitud europea en Africa, fueron contestados en los pasillos de la conferencia por el comisario de Desarrollo y Ayuda Humanitaria de la UE, Louis Michel.

Los europeos, dijo, “no tiene que recibir lecciones” en materia de asistencia a sus antiguas colonias y “han pagado sumas considerables durante décadas que no siempre han sido utilizadas de la mejor forma y siguen otorgándose”.

Pese a los cruces de acusaciones, el actual presidente del Consejo de Ministros de la UE, el portugués Luis Amado, dijo que la Cumbre de Lisboa ha roto el hielo en las relaciones de los dos continentes que estaban “bloqueadas” desde hace años.

Frente a la “incomoda y difícil” primera Cumbre UE-África celebrada en El Cairo en 2000, el ministro de Exteriores luso destacó el buen ambiente de “cordialidad y solidaridad” que se vivió en la reunión de Lisboa y la gran asistencia de gobernantes registrada.

No obstante, la notoria ausencia del primer ministro británico, Gordon Brown, como reacción a la presencia del cuestionado Mugabe, fue la más comentada de la segunda Cumbre UE-África pero, ni mucho menos, la única.

Otros seis gobernantes europeos y diez africanos, de un total de 80 invitados, no acudieron a la conferencia, uno más -el egipcio Hosni Mubarak- se fue tras intervenir en los discursos inaugurales y otro -el eritreo Isaias Afewerki- llegó a Lisboa pero no participó en la primera jornada de sesiones.

En cambio el presidente francés, Nicolas Sarkozy, resultó el más activo de la cumbre y además de pronunciar un discurso formal se reunió en privado con una docena de líderes y habló, en una larga rueda de prensa, sobre múltiples temas de Europa, Africa y América.

Durante la conferencia la ONU pidió con urgencia la formación de una fuerza de pacificación en Darfur dotada de helicópteros y la Troika comunitaria presionó a Sudán para que no le ponga obstáculos.

De los temas debatidos, el comercial registró también desacuerdos -puestos de relieve por algunos dirigentes africanos- sobre las discusiones de la UE con varios países africanos para cerrar, antes de enero, acuerdos regionales que implican libre comercio.

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