Salé no se plegará a los “dictados” extranjeros ni abandonará Yemen
SANA, 25 (Reuters/EP)
El presidente yemení, Alí Abdulá Salé, ha asegurado que no se plegará a los “dictados” internacionales para que dimita y ha acusado a sus oponentes de intentar desencadenar una guerra civil en el país, tras tres días de combates en la capital.
Salé, que gobierna el país desde hace casi 33 años, ha asegurado no obstante que sigue estando dispuesto a firmar el acuerdo de transición propuesto por los países del Golfo. En su entrevista a Reuters, en la residencia presidencia próxima al lugar donde miles de personas llevan acampadas desde hace meses, el presidente se ha mostrado confiado.
El acuerdo propuesto por el Consejo de Cooperación del Golfo (GCC), que se ha negado a firmar en tres ocasiones, la última el domingo, contempla su renuncia en el plazo de un mes a cambio de inmunidad. Sin embargo, ha asegurado que no tiene ningún plan de abandonar Yemen y que no teme ser juzgado.
“Me quedaré en Yemen. Presidiré mi partido y estaré en la oposición. Encabezaré el proceso político (...) y seré un socio en el poder”, ha aseverado. “¿Quién perseguirá judicialmente a quién? Yo soy un ciudadano normal. Transferiré el poder si (la oposición) viene a la mesa de diálogo de forma pacífica”, ha señalado.
Por otra parte, ha advertido a las potencias extranjeras de que no intenten imponer una solución a la crisis política en Yemen y se ha quejado de que el secretario general del CCG, Abdullatif al Zayani, quien ha ejercido de mediador entre las partes, no le haya prestado el debido respeto.
YEMEN NO ACEPTA ÓRDENES
“Me dijo 'o firmas o estás rechazando el acuerdo'. Este no es el modo en el que uno se dirige a un jefe de Estado”, ha lamentado Salé, subrayando que “nosotros no tomamos dictados u órdenes de nadie”.
“Acepto una iniciativa integral y la verdad del asunto que todo el mundo debería entender es que no aceptamos órdenes extranjeras. Este es un asunto interno, nadie aplicará órdenes extranjeras”, ha insistido.
Por otra parte, ante los combates de los últimos días en Saná entre fuerzas leales a él y hombres armados de un importante líder tribal en los que ha habido casi 40 muertos y que han hecho resurgir los fantasmas de una nueva guerra civil, Salé ha descartado esos escenarios catastrofistas.
“Yemen, espero, no será un Estado fallido u otra Somalia. El pueblo sigue estando determinado a tener una transición pacífica del poder”, ha afirmado ante varios medios extranjeros esta mañana.
En este sentido, ha dibujado un futuro Yemen próspero y democrático, lejos de la pobreza que ha dejado a más del 40 por ciento de su población viviendo con menos de 2 dólares al día.
“La violencia y el terrorismo serán eliminados y la economía será reconstruida. La sociedad será desarrollada hasta convertirse en una democracia. Yemen no puede ser terreno fértil o un escondite seguro para Al Qaeda. La sociedad yemení no lo permitirá”, ha afirmado.