''Salimos de Colombia porque nos han obligado, no porque queramos''
María Elena Toro es una “madre coraje”, integrante de la Corporación Madres de la Candelaria de Medellín (similar a las Madres de la Plaza de mayo en Argentina), que cada miércoles se concentran con las fotos de sus familiares desaparecidos a manos de las fuerzas paramilitares colombianas conocidas como Autodefensas, “que hacen el trabajo sucio del Gobierno”.
Su hermana, su cuñado y su sobrina, fueron los primeros en desaparecer. El pasado mes de julio recuperó sus restos mortales después de diez años sin saber nada de ellos. De su hijo y un amigo suyo no sabe nada desde 1997.
En una entrevista concedida a El Correíllo de CANARIAS AHORA RADIO, María Elena Toro relató cuál es la situación de la Colombia actual, “un país donde no hay futuro” y donde la violencia campa a sus anchas. Un lugar donde existe una guerra no declarada provocada por los actores armados, el Estado y el narcotráfico. “Salimos de nuestro país porque nos han obligado, no porque queramos”, aseguró la activista colombiana.
Según datos de la Corporación Madres de la Candelaria de Medellín, 400 familias tienen algún desaparecido. A esta situación se unen los “desplazamientos forzosos” porque grupos armados quieren ocupar tierras. El resultado, “falta de protección y mucha necesidad”. Según María Elena Toro es necesario cambiar las conciencias de los jóvenes para acabar con la violencia, “decirles que esto se tiene que acabar, hay que perdonar, mas no olvidar”.
Para la activista colombina es fundamental ponerles voz y rostro a las víctimas de la violencia en Colombia, “devolviéndoles la dignidad como seres humanos que son y conservando la memoria para que esto no se vuelva a repetir”. En este sentido, Toro criticó la actitud del Gobierno colombiano, que “no hace nada por las víctimas civiles”.
En relación al Plan Colombia, puesto en marcha por el gabinete presidido por Álvaro Uribe con el apoyo de Estados Unidos, la activista civil se mostró contraria a la aplicación del mismo ya que se basa en la fumigación de los cultivos de coca y “los únicos perjudicados son los campesinos que ya no pueden utilizar esas tierras para nada”. María Elena Toro denunció además que esas fumigaciones han provocado, en poblaciones como la de Rumichaca, abortos y que los niños nazcan con malformaciones.