Silencio oficial ante la sucesión de Castro
Las fuentes gubernamentales y la prensa cubana guardan este miércoles silencio absoluto sobre quién será el nuevo jefe de Estado y de Gobierno, 24 horas después del anuncio del presidente Fidel Castro de que no quiere ser reelegido el domingo próximo, cuando se reúna la Asamblea Nacional.
En La Habana se percibe absoluta normalidad, con la gente dedicada a sus quehaceres cotidianos, y lo mismo se reporta desde el resto del país.
El mandato ejecutivo de Fidel Castro quedará cerrado oficialmente el domingo, cuando la Asamblea Nacional elija un nuevo Consejo de Estado, que él ha presidido desde que se creó el actual sistema de gobierno en 1967.
Los pocos comentarios que surgen dan como seguro sucesor al presidente interino y ministro de Defensa, Raúl Castro, aunque diplomáticos y analistas no descartan aún del todo otras posibilidades, como el secretario y vicepresidente del Consejo de Estado, Carlos Lage.
La elección del Consejo de Estado se realiza tras la instalación de la Asamblea mediante votación de los diputados a la lista que le presenta la Comisión Nacional de Candidaturas, órgano conformado por organizaciones de masas, el sindicato único, la federación de estudiantes, de mujeres y otras.
Los diarios Granma y Juventud Rebelde alaban hoy el deseo del octogenario Fidel Castro de no ser reelegido, afirman que es un gesto de “extraordinaria dignidad” y recogen mensajes que le juran lealtad, pero nada dicen sobre la sucesión institucional.
“Cada uno de nosotros actuará como un Comandante en Jefe”, promete el principal titular de Juventud Rebelde y otro reza: “No le fallaremos”.
“A su arsenal de ideas acudiremos siempre”, proclama Granma, órgano del Comité Central del partido Comunista de Cuba, del que Castro es primer secretario.
Ambos diarios, los únicos de Cuba, se limitaron ayer a desplegar en primera el anuncio del líder revolucionario sobre su intención de retirarse tras medio siglo en el poder, sin reacciones ni comentarios.
Solo ha sido divulgada en medios oficiales una declaración de un jerarca del régimen sobre el retiro de Castro, que en el resto del mundo hace correr ríos de tinta.
El presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento), Ricardo Alarcón, pidió a sus compatriotas “mantener en alto la dignidad de la patria” y hacerla más justa, libre y soberana.
Tampoco se sabe nada de si Castro, de 81 años, convaleciente desde hace 19 meses de una dolencia intestinal que le obligó a ceder sus funciones a Raúl Castro, de 76, seguirá en su cargo de primer secretario del Partido Comunista.
En el mensaje del martes en el que reveló su decisión, Castro adelantó que, desde ahora, en sus artículos, subtitulados “reflexiones”, será simplemente el “compañero Fidel” (antes eran “del Comandante en jefe”).
Advirtió también que sus notas continuarán siendo “un arma más del arsenal con la cual se podrá contar” y recordó, por si había dudas: “no me despido de ustedes”.
La opción escogida por el líder cubano sobresalía entre las posibilidades que discutían desde hace año y medio analistas, diplomáticos y corresponsales, y si acaso sorprendió la forma en que lo anunció y el momento, cinco días antes del domingo.
Ahora las cábalas giran en torno a cuánto poder real mantendrá como líder indiscutible de la Revolución de enero de 1959, como guía de la izquierda radical latinoamericana y como primer secretario del Partido Comunista, si mantiene ese cargo.
La Constitución cubana consagra al partido como “la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado”.
“Esa es una de las patas que quedan cojeando en este mensaje, ¿qué pasa con el partido?”, dijo un observador.
En los 19 meses de interinato de Raúl Castro su hermano mayor ha seguido impartiendo aprobados y administrando vetos para los asuntos más vitales y la pregunta, ahora, es si eso cambiará mucho.
“Fidel va a continuar teniendo poder de veto sobre las decisiones del país y ese poder no se le va a discutir”, dijo un analista, aunque agregó que será cuestión de tiempo que su poder sea “cada vez más irrelevante”, sobre todo por su salud.
Sobre por qué Castro, que reconoció recientemente que se aferró al poder, decide renunciar ahora -otros creen que finalmente fue convencido de que era necesario-, un observador comentó:
“O su estado de salud está peor de lo que dicen los jefes de Estado que lo visitan”, o las reformas económicas requeridas, y que Raúl Castro ha anunciado, “son más urgentes de lo previsto”.
Cabe resaltar que Fidel, que no aparece en público desde julio de 2006, renunció en un artículo de prensa, ahora su cordón umbilical con los cubanos, y no grabó un mensaje de audio o vídeo.