Sudán, dispuesto a negociar el fin de los combates en Kordofán Sur
JARTUM, 27 (Reuters/EP)
Sudán se ha mostrado este martes dispuesto a negociar el fin del conflicto en la región de Kordofán Sur, pero acusa a los grupos armados de intentar prolongar al violencia en asociación con los rebeldes de Darfur.
“La guerra no es la voluntad del pueblo de Kordofán Sur (...) Las puertas para el diálogo y la paz están abiertas de par en par”, ha dicho el gobernador estatal, Ahmed Haroun.
Activistas y cooperantes acusan al Gobierno sudanés de desencadenar los combates para imponer su autoridad en la zona, clave para la producción del petróleo, una vez Sur de Sudán ha logrado la independencia. Jartum niega estas acusaciones. En Kordofán Sur se asientan muchos grupos que lucharon junto al Sur en la guerra civil.
Haroun va más allá al decir que estos combatientes fueron espoleados por Abdelaziz el Helu, alto cargo de la rama norte del Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán (SPLM). Esta organización gobierna la nueva región independiente del sur. Su Ejército mantiene que ya no guarda relación con sus ex milicianos en Kordofán Sur.
El Helu trataría ahora “de aprovecharse de los jóvenes del área para servir a los movimientos rebeldes de Darfur”, sostiene Haroun. Éste es buscado por el Tribunal Penal Internacional para responder a acusaciones de crímenes de guerra, presuntamente cometidos en Darfur mientras era ministro.
La semana pasada, el mayor grupo de Darfur, Movimiento Justicia e Igualdad (JEM) anunció que había atacado una posición gubernamental en Kordofán Sur, con la ayuda de combatientes locales. El Ejército sudanés niega la existencia de dicho ataque.
Entretanto, Haroun asegura que las autoridades cooperan con las agencias humanitarias, y afirma que la vida en la capital, Kadugli, y en otras zonas ha vuelto a la normalidad.
Decenas de miles de personas han huido desde que comenzaron los combates en junio. Naciones Unidas atribuye a Jartum el lanzamiento de bombas desde territorios remotos, lo que habría provocado un “enorme sufrimiento” a la población. El Ejecutivo niega estos extremos.