Suu Kyi defiende la libertad de expresión tras su puesta en libertad
Llama a la implicación de los ciudadanos en la vida política y asegura que no siente hostilidad contra la Junta Militar
RANGÚN, 14 (Reuters/EP)
La activista opositora birmana y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, defendió la existencia de la libertad de expresión como “base de la libertad democrática en Birmania” en su primer discurso público tras haber abandonado el domicilio donde ha pasado los últimos siete años y medio bajo arresto, en el que realizó un llamamiento para que los ciudadanos comiencen a actuar en la vida política del país.
“Si queremos conseguir lo que deseamos, tenemos que hacerlo de la forma correcta”, ha dicho la activista al comienzo de su alocución, que tiene lugar un día después de que la Junta Militar ordenara su liberación. “La base de la libertad democrática es la libertad de expresión”, aseguró en el discurso realizado en la sede de su ahora disuelto partido, la Liga Nacional para la Democracia (NLD).
“Dejadnos saber qué pensáis, qué tenéis en mente. Me gustaría saber qué ha cambiado en los últimos seis años”, proclamó. “No perdáis la esperanza. No hay ninguna razón para dejar de creer. Incluso si sois apolíticos, la política vendrá a vosotros”. La activista aseguró que, en este sentido, “la Democracia tiene lugar cuando el pueblo controla al Gobierno. Aceptaré que el pueblo me controle” y llamó al pueblo birmano a “levantarse por sus derechos”.
Aung San Suu Kyi aseguró que no conserva “hostilidad alguna” hacia los responsables de su arresto. “Las fuerzas de seguridad me trataron bien. Quiero pedir a la Junta Militar que trate igual de bien al resto del pueblo”, declaró. En última instancia, la activista se declaró preparada para trabajar “estrechamente” con el resto de fuerzas democráticas del país y a “considerar seriamente” el deseo de los birmanos de que la comunidad internacional levante las sanciones que actualmente pesan sobre el régimen militar dirigido por el general Than Shwe.
Suu Kyi, hija de Aung San --el héroe nacional principal artífice de la independencia de Reino Unido en 1947, quien murió asesinado--, ha sufrido intermitentes arrestos domiciliarios desde 1990, cuando los militares anularon las elecciones generales en las que la NLD resultó victoriosa. Esta situación le valió la concesión del Premio Nobel de la Paz en 1991 por ser un “extraordinario ejemplo del poder de los que no tienen poder”.
Tras el levantamiento del arresto domiciliario en 1995, Suu Kyi vivió cinco años de restricciones que concluyeron con un nuevo cautiverio en su residencia entre entre 2000 y 2002. Su último calvario comenzó en mayo de 2003, cuando fue detenida tras un enfrentamiento entre miembros de la LND y las fuerzas de seguridad y condenada de nuevo a cuatro años de arresto domiciliario.
Este nuevo régimen de detención fue sucesivamente prorrogado en mayo de 2007 y de 2008 y, finalmente, en agosto de 2009, después de que las autoridades la condenaran por albergar durante dos días a un ciudadano estadounidense perturbado que se había introducido en su vivienda sin su consentimiento.