Espacio de opinión de La Palma Ahora
La oscuridad de los refugiados
Solo en el caos que nombra el abismo, en la sangre cuando brota y se desarma, en la posibilidad posible que sucede y desajusta, en los instantes que desabrochan lo ordenado, solo en esos instantes el hombre consigna su humanidad y la comunidad nombra su propio concepto. Y la Comunidad Económica Europea parece haber nombrado todo su concepto con su decisión, en este caso deplorable y sanguinario: devolver a todos los refugiados como quién intercambia cromos o devuelve algo con lo que no está conforme en el departamento de devoluciones de cualquier centro comercial.
Lo insalubre y demagógico de la decisión nos muestra una realidad factible ya con anterioridad visible nada más pudiera uno conocer otras situaciones y nociones que ya la historia ha mostrado. La Comunidad Económica Europea es egoísta, es un tablero económico que se rige por cifras y estadísticas, e índices, que muestren y maniatan el próximo instante. No hay rigor humano ni comunitario en su proceder. En ningún caso destila ni ha destilado en sus reuniones la sana idea de albergar humanidad y solución a los cientos de miles de personas que huyen de la muerte, de las violaciones y vejaciones, nada, en ningún caso, intención alguna. Todo se ha concertado en hilo musical para despistar, en una teatralidad para el consumo de los ciudadanos, en una espera indefinida, hasta que, como ha ocurrido, y en base a ese teatro del absurdo donde han compuesto un guion suficientemente convincente para que creamos que los cientos de miles de refugiados solo traerán violencia, enfermedades, más miseria, menos puestos de trabajo, bosquejando todo este paisaje de desazón y temor en el lienzo de la actualidad y de los telediarios, y en ello, creerse y hacernos creer en la acertada conducta de devolver a cientos de miles de personas, devolverlas a la guerra, a las muertes, a las vejaciones, al horror.
Lo que está claro, de manera contundente y sobrada, es que la línea y la referencia por la que Comunidad Europea plantea todas sus decisiones, su proceder, no contiene rasgo alguno de humanidad. En un tablero económico todo lo que no computa índices al alza, o provoca “brotes verdes” en la economía, queda apartado, aislado, no es significativo. Por el contrario, y eso también lo atestigua la realidad actual, es que muchos de los cientos de refugiados que han conseguido establecerse en Europa lo hayan hecho a cambio de trabajos indecentes, míseros, repugnantes, con una remuneración a cambio obscena e insuficiente para paliar el hambre. Pero bueno, esto si computa, incrementa la economía, menos gasto en la producción mayor beneficio al final.