Espacio de opinión de La Palma Ahora
Reflexión y concordia
Uno nunca sabe qué es peor si no entender nada o el temor a entenderlo todo. A veces me gustaría saber cómo nacen los rumores que se convierten en noticia y porqué se impulsan los mensajes que deterioran crédito y confianza en organizaciones y personas. ¿Asuntos meramente personales, envidias y viejos rencores, miedos?? ¿Qué persiguen aquellos que promueven en un partido estos sentimientos? Aparentemente, no es otra cosa que el provecho político de la situación creada.
Coalición Canaria no encuentra las fórmulas para alcanzar un consenso en la elección de su nuevo comité local de Santa Cruz de La Palma, previsto para el próximo 19 de abril. Cierto que ha habido reuniones que han terminado como el rosario de la aurora, en un contexto general duro e intemperante, y que algunos afiliados, liberados de su mordaza, han dicho estar cansados de los abusos de autoridad, de las zancadillas y de los empujones que se dan en la política menuda de los partidos que, casi siempre, llevan a un punto sin retorno.
En el caso de los nacionalistas, las divisiones internas se reflejaron la semana anterior en un encuentro, en el que uno de los frentes acusó al otro de imponer “sus reglas de juego” sin la aprobación previa de un nuevo reglamento de organización y funcionamiento a nivel local. Aunque nos parece candoroso y de buena fe llevar la contraria a la propuesta “oficialista” del partido, hay momentos en los que la protesta es necesaria cuando una postura, aparte de ser una torpeza inexcusable, podría entenderse como descaradamente intencionada. Al final, el congreso local, se celebrará el 19 de abril y no el 3 de dicho mes, como en principio se pretendía aprobar sin margen operativo para la presentación de candidaturas, salvo que alguna “contase de antemano” con las 50 personas que deben conformarla.
El runrún, palabra con la que los palmeros definimos los chismes callejeros y que suelen ser la antesala de la noticia, nos anticipó la queja formulada por la diputada Rosa Pulido y nos reveló el disgusto, primero, y la desaprobación, después, del carismático y veterano líder, Antonio Sanjuan. No es malo que, en ocasiones, la moderación manifieste sin tensiones, su expresión de descontento.
Desde una valoración fría y distante, siempre he pensado que la política es otra cosa que las filtraciones confusas, delirantes y surrealistas que nos llegan por no abrir a la sociedad las puertas y las ventanas de los partidos. Después de un debate interno, si éste es constructivo, las decisiones no pueden ser confusas ni desorientadas. Los acuerdos no tienen porqué robar el sueño, sino que, al contrario, han de marcar la senda más segura y el camino a seguir. Es cierto que los pactos obligan a muchos sacrificios de fondo y de forma, pero los litigios ideológicos no se resuelven a cañonazos y, dependiendo de la fuerza y la orientación del viento, es un mérito de los buenos marineros elegir el momento para arriar alguna vela. En política se llama a eso: honradez, dignidad y voluntad democrática. Cualidades que facilitan los acuerdos y resitúan las cosas fuera de la crispación y del abuso de poder.
Me dicen que Maeve Sanjuán y Sebastián Guerra, se postulan como los posibles candidatos a la secretaria general de CC en Santa Cruz de La Palma. Desconozco los fundamentos que avalan tales aseveraciones, pero si así fuera, me atrevería a apuntar lo que se espera de ellos. Una actitud nada hostil sino humana, expresiva de nuevas voluntades, que salve las antiguas singularidades del partido y que, al tiempo, aporte sentido de modernidad y eficacia, porque la historia hay que escribirla de esa manera y, en una Isla pequeña, como la nuestra, sería pecado malversar el capital humano de que se dispone, tanto en lo político como en lo social. Piénsenlo. La semana se presta a la reflexión.
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