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Refranes presupuestarios

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No podemos estar de acuerdo con aquellos que opinan que los políticos son el reflejo de la sociedad en que vivimos, pues entonces compartiríamos el hecho de una sociedad enfrentada, ya que hostilidad y no otra cosa es lo que apreciamos en las actitudes y en el juego dialéctico de quienes, a sí mismos, “se llaman” nuestros representantes. No hay peor ciego que el que no quiere ver. La fresca sabiduría popular nos recuerda que no se puede negar lo evidente, la peligrosa desunión que atisbamos en la clase política, plasmada en cualquier debate. No se sabe distinguir la línea que separa lo correcto en una dialéctica pura e incluso dura, de lo que más que controversia parece una radical locura. De unos años a esta parte, no me gusta el andar de la perrita, sigo con el enunciado popular porque en estos tiempos en los que la necesidad tiene cara de perro, surgen con más ánimo que nunca los fantasmas que separan al pueblo de sus instituciones, en lugar de las causas que deberían unirlos. Asistimos a una situación compleja de consecuencias imprevisibles. El “hoy lo veo, pero en el mañana poco creo” es un refrán que indica la desesperación encarnada en miles de palmeros, que despiertan con grandes ojeras en la madrugada, porque han perdido la esperanza de pagar la hipoteca de su vivienda o de aspirar a un trabajo, bien para ellos o para sus hijos. ¿Dónde están nuestros políticos, que nos han hecho llegar, en un vacío emocional, al desencanto? ¿Quién cree a los mandatarios que, metidos en tanta triquiñuela, olvidan sus obligaciones de velar por nuestros intereses y volcarse en el fortalecimiento de las instituciones? ¿O acaso, no empezamos a notar la ausencia de verdaderos líderes y que como decía mi abuelo “a falta de caballos, trotan los asnos”? Perdón si ofendo con el dicho popular, pero sonrío para mis adentros cuando oigo elevar la voz en el fragor del debate, entonces pienso que “a más de un político le gusta hacerse el tigre para que no se lo coman los gatos”.

El Cabildo para 2013 ha presentado un presupuesto “austero, realista, de marcado carácter social y condicionado por la Ley de Estabilidad Presupuestaria”. Posiblemente a la presidenta Guadalupe González Taño, le asista razón al definir así a este documento que seguro marcará una línea divisoria entre la concordia y la discordia en la próxima sesión plenaria. Será como “contar dinero delante de los pobres” y me atrevería a anticipar que no habrá acuerdo. El partido, sea el que sea, es el viento que mueve las veletas, y no suele hacerlo en el mismo sentido para la oposición que para el gobierno. Siempre ha sido así y siempre se repite como el cuento de la vieja majadera. El vicepresidente de la institución, Anselmo Pestana, ha señalado que las cuentas, para el presente ejercicio, ascienden a 80.439.773,54 euros, lo que representa un incremento de un 0,83% (664.229,54 euros) con respecto a 2012. Dicen que “si cuidas tus centavos los euros se cuidan solos”. Se impone el ahorro, puesto que la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera que aprobó el Gobierno central impone un techo de gasto que imposibilita al Cabildo, según señaló la presidenta, incrementar su presupuesto más allá de ese 0,83%. A la primera institución de la Isla no le salen las cuentas; ha visto condicionada su capacidad de endeudamiento, y ello, le impide abordar nuevas y mayores inversiones. El presupuesto ha experimentado en los últimos cinco años un descenso de más del 31%, lo que supone la pérdida de unos 25 millones de euros. Pero, como dice otra máxima de nuestro acervo cultural “no hay mal que cien años dure ni cuerpo que los resista”. Ahora toca austeridad, no es momento de dispensar favores por pequeños y pueriles que sean, muchas personas hasta se avergüenzan y rehúyen el amparo del poder en casos de necesidad extrema, pero recuerdan la energía desplegada por los políticos en campaña electoral y no olvidan como pregonaban su voluntad de servicio público y sus promesas? A muchos votantes no les queda ni la ilusión. “La ilusión -que dicen- es la realidad de aquellos que ya no tienen ni un céntimo”. Los parados, los sin hogar, los pobres, que no son sordos ni ciegos, saben de entramados y corruptelas? “A mamar ?dicen ?todos nacimos sabiendo, pero mira que hay glotones por ahí”. Menos mal que en La Palma nos conocemos todos? Vivimos en un espacio reducido y en una Isla que es, por suerte, todo corazón. En ella, “la justicia cojea pero llega”. Tal vez por eso, satisface que el Cabildo haya contemplado una partida de 750.000 euros para repartir a los catorce municipios y generar empleo entre aquellas familias que no están recibiendo ningún tipo de prestación. Después de tanta angustia, ya ven como el comentario lo he terminado con algo grato. Como dicen los bagañetes, “no hay duelo sin mistela”.

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