“La Casa de la Cultura de Calcinas sufre un deterioro lamentable”

Vanessa Riverol es la presidenta de la Asociación de Vecinos de Calcinas. Foto: LUZ RODRÍGUEZ

Esther R. Medina

Santa Cruz de La Palma —

La Casa de la Cultura del barrio de Calcinas de Santa Cruz de La Palma se encuentra “en un estado de deterioro lamentable, con el agua filtrándose a chorros por todos lados”, ha asegurado a La Palma Ahora la presidenta de la Asociación de Vecinos, Vanessa Riverol González, quien se queja, por otro lado, de que “estoy sola” al frente del colectivo vecinal. “Es una asociación inactiva y solo puedo contar con algún vecino cuando llegan las fiestas”, dice. 

El principal problema del barrio es que “no cuenta con una casa de la cultura en condiciones; es imposible organizar alguna actividad porque el agua se filtra por todos lados”, insiste.  “Pero a pesar de la situación, un grupo de música cubana ensaya allí y los chicos del barrio hacen sus comiditas”, cuenta. “Este problema ha sido puesto en conocimiento de los grupos que han gobernando el Ayuntamiento en los últimos años, pero, aunque han visitado el edificio y tomado fotografías, no han hecho nada”, asegura. En una ocasión, recuerda, “nos comentaron que no tenían suficiente personal municipal, pero de eso ha pasado más de un año”, precisa, y reconoce que “por parte de la Asociación de Vecinos no ha habido insistencia, pero, aunque no la haya, es una infraestructura municipal que se construyó, que está deteriorada y que habría que acondicionar”, subraya. 

La cancha deportiva y los baños “también están deteriorados, en un estado de abandono total”, señala Vanessa, quien resalta que la Casa de la Cultura “es necesaria no solo para la reunión de los vecinos sino también para celebrar un cumpleaños o una fiesta el día de Los Indianos, por ejemplo, pero allí no se puede hacer nada”. 

Afirma que “si el Ayuntamiento pone los medios, toda la obra interior (pintar, etc.,) la hacen los vecinos, pero no podemos resolver el tema de las humedades”. “Los chicos son los únicos que han acondicionado aquello, han pintado y han puesto una cocina”. 

Vannesa reclama participación vecinal y se muestra dispuesta a delegar. “Ser presidenta requiere una dedicación constante y una persona sola no puede estar al frente; yo tengo mi trabajo, mi familia y mis cosas que hacer y es imposible cargar con todo el trabajo de la asociación”. Por eso, indica, “animo a los vecinos más jóvenes a que se pongan al frente, que yo no tengo ningún inconveniente, y me comprometo a ayudarlos”. 

El barrio de Calcinas, como reconoce su presidenta, “está un poco alejado del centro, en los límites con el municipio de Breña Alta, y habitado por mucha gente de fuera”. Considera que esta parte de la ciudad se encuentra “un poquito abandonada; necesitamos más presencia policial, aunque siempre que hemos llamado nos han atendido, pero precisamos más vigilancia, sobre todo por las noches”.

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